El concejal del PREF, Nacho Rodrigo, durante un pleno en Can Botino. | GERMAN G. LAMA

El concejal del PREF en el Ayuntamiento de Vila, Nacho Rodrigo, dio luz verde a 16 expedientes de ocupación de vía pública a pesar de que éstos contaban con informes desfavorables por parte de los servicios técnicos del Ayuntamiento.

Las licencias, que permitían a bares y restaurantes de la ciudad ampliar sus negocios instalando terrazas, se otorgaron en 2012, cuando Rodrigo era regidor del equipo de gobierno municipal y tenía asignada las áreas de Comercio y Turismo.

En 12 casos, la autorización se produjo previa demanda de dichos informes por parte de Rodrigo y a pesar de que los funcionarios municipales informaron en contra. En los cuatro casos restantes, el concejal no se molestó en solicitar esos informes con el pretexto de que ya contaba con la autorización previa, datada en 2011, del anterior responsable de Comercio del Consistorio, Vicente Ferrer Barbany. Lo curioso del caso es que Rodrigo dejó caducar esas licencias y aun así no pidió el nuevo y preceptivo informe.

Según fuentes jurídicas consultadas por este periódico las actuaciones de Nacho Rodrigo podrían ser constitutivas de un delito de prevaricación continuada.

En alguno de los casos las actuaciones de Rodrigo se produjeron incluso después de que la entonces alcaldesa, Marienna Sánchez-Jáuregui –cuando aun no tenía la firma delegada– informase en contra de los proyectos en cuestión.

En los referidos informes desfavorables, los técnicos del Ayuntamiento se mostraban taxativos sobre falta de idoneidad de una eventual presencia de terrazas.

Según marca la ordenanza municipal de ocupación pública, los informes técnicos favorables son necesarios para otorgar las licencias de ocupación de vía pública.

Llueve sobre mojado

Cabe recordar que el actual concejal del PREF protagonizó un episodio que hizo saltar las alarmas en Can Botino. En 2011, Ignacio Rodrigo Mateo empotró su coche contra dos vehículos estacionados en la Avenida Bartolomé Rosselló. Eran las 06.30 horas del sábado, 10 de diciembre. Tras la colisión, Rodrigo abandonó el lugar de los hechos. Su coche fue retirado por la grúa municipal. Seis horas después del choque, a las 12.30 del mismo día, Rodrigo se presentó en las dependencias policiales, donde se sometió al protocolo establecido en estos casos y, por lo tanto, a la correspondiente prueba de alcoholemia. El concejal dio positivo y no pudo retirar su vehículo. El test de etilometría arrojó un resultado de 0,34 mg/L, cuando el máximo permitido por ley es de 0,25 mg/L. Según el informe, no se pudo certificar si la tasa de alcohol en sangre que presentaba el regidor era el resultado de lo consumido antes o después del accidente.

El capítulo del accidente y la prueba de alcoholemia –hasta ahora ignoto para la opinión pública– quizá fue el primero de relevancia, pero ni mucho menos el último.

En septiembre de 2012, anunció que dejaba el PP -partido por el que se presentó en la municipales de 2011- para pasarse al PREF (hasta ahora socio de gobierno de los populares). El motivo: sus divergencias con la entonces alcaldesa, Marienna Sánchez-Jáuregui.

Pero el asunto que le ha puesto en una situación más que comprometida ha sido el chat que compartía con otros miembros del equipo de gobierno, donde insultó y conspiró durante meses contra compañeras de Ayuntamiento. Unos comentarios que provocaron que el PP rompiese relaciones con el PREF.