La orden de las Agustinas del Amparo representan un ejemplo de buena salud vocacional y de consolidación en la isla. | Toni Escobar

Una vez conocida la comprometida situación en la que se encontraba la comunidad de los hermanos Carmelitas en Eivissa, debido a la falta de vocaciones para garantizar el lógico relevo generacional interno, la reacción inmediata del señor obispo, Vicente Juan Segura, ha sido la de dirigirse a la Orden Superior en Madrid, para llevar a cabo en calidad de mediador, las gestiones que sean necesarias para asegurar en la diócesis ibicenca la permanencia de dicha congregación. Una comunidad, la de los Carmelitas, que a lo largo de los años, desde su llegada en 1943, ha mantenido una histórica relación con la isla y con sus habitantes, siendo especialmente estrecha su vinculación con el popular barrio de La Marina, dada su advocación mariana a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.

Ya el pasado año, las Hijas de la Caridad, por cuestiones parecidas, tuvieron que levantar su comunidad y marcharse de la diócesis ibicenca. En una situación parecida, salvando algunas diferencias, podrían encontrarse dentro de no mucho tiempo las hermanas Trinitarias, que atienden el Centro de Acogida de Menores de Santa Eulària y el Colegio de Sant Antoni, ya que de las seis monjas de la comunidad, algunas cuentan ya con una avanzada edad, con lo que podría darse una situación similar a la que afrontan actualmente los Carmelitas.

En este sentido, Vicente Ribas, vicario general de la diócesis de Eivissa, afirmó que el paulatino envejecimiento de las comunidades «se trata de un fenómeno común en la vida religiosa en toda España». No obstante, el padre Ribas, aseguró que «por el contrario, existen otras comunidades de reciente creación, que llegan con mucha fuerza y cuentan con bastantes vocaciones, como es el caso de Jesu Communio, la Congregación de Marta y María o la del Verbo Encarnado, que son muy numerosas y tienen a mucha gente joven».

Así pues, según esas mismas fuentes del Obispado, «la mayoría de las órdenes y congregaciones con presencia en la diócesis, cuentan con un buen estado de salud y una gran vitalidad en lo referente al número de sus religiosos».

En la actualidad, la comunidad religiosa católica cuenta en Eivissa con un total de 25 sacerdotes diocesanos, 3 religiosos carmelitas, 3 miembros de los Hermanos de la Salle y 2 del Verbo Encarnado, así como unas 30 religiosas de las diferentes comunidades asentadas en la isla. Entre esas comunidades femeninas, encontramos a las anteriormente mencionadas hermanas Trinitarias; la Congregación de Marta y María, que vino a ocupar el lugar dejado por las Hijas de la Caridad; las Agustinas del Amparo; las Carmelitas Misioneras, fundadas por el padre Francisco Palau y las monjas agustinas de clausura.

De entre todos ellos, casi la mitad, unos 25 religiosos, son naturales de Eivissa y según explicó el padre Ribas «recientemente dos chicas ibicencas muy jóvenes se han adherido a las hermanas Clarisas en Mallorca».