Unos 15 de empleados se concentraron ayer en las instalaciones del complejo. Foto: DANIEL ESPINOSA

Los empleados del Club Calimera Delfín Playa de Cala Codolar, en Sant Josep, alcanzaron ayer un acuerdo con la propiedad del complejo para firmar el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que se inició en 2013.

El conflicto laboral surgió después de que los nuevos inversores, con base en Alemania, decidieran derribar el actual complejo para reconvertirlo en un hotel de cinco estrellas de lujo. Sin embargo, los problemas se agravaron cuando las obras para su reconversión se vieron pospuestas ante la falta de licencias necesarias para la demolición y posterior edificación.

De esta forma, los 77 empleados fijos-discontinuos del complejo acumulan con la presente dos temporadas estivales sin trabajar y muchos de ellos, que han agotado en invierno el subsidio de desempleo, se veían abocados a una situación de auténtica alarma.

Una quincena de ellos llevaron ayer a cabo desde primera hora de la mañana una concentración de protesta que finalizó pasadas las 17,30 horas, cuando la dirección accedió a las condiciones mínimas del ERTE que solicitaban los trabajadores.
Así, percibirán en un solo pago el próximo 31 de octubre el 20% del salario correspondiente a los seis meses y medio de la temporada de verano. Además, recibirán un curso de formación a través de una empresa especializada para adecuarse a las nuevas exigencias del futuro hotel de lujo.

Según explicó la secre- taria de acción sindical de CC.OO., Anne Marí Fuse, los empleados «esperaban más por parte de la empresa», «lo que pasa es que la última oferta era sólo del 8% frente al 65% que solicitábamos. Gracias al apoyo recibido hemos podido dar ese empujón para que aceptaran, como mínimo, las condiciones que nos ofrecían el año pasado de llegar al 20%», subrayó la portavoz sindical quien, no obstante, desconfía de los plazos de ejecución de un proyecto que alcanza una inversión de 40 millones de euros: «Según el proyecto, el nuevo hotel abrirá en mayo de 2016, pero se acaba de empezar a hacer alguna cosita y en julio y agosto pararán porque no se pueden llevar a cabo obras. No hay espacio para los imprevistos y tengo mis dudas de que se acabe en abril».