Autoridades políticas y organizadores de la Feria Náutica posan para la prensa. Foto: I. ARAÑÓ

Ayer se inauguró la XXIII edición de la Feria Náutica organizada por la Asociación de Náutica de Eivissa y Formentera. Este año, el optimismo se huele en este evento, al cual se espera que asistan un 10% más de visitantes que el año pasado, así lo explicó el presidente de la Asociación Náutica, Ramón Díaz, que aseguró que este año las previsiones apuntan a entre un 2% y un 4% más de matriculaciones para esta temporada. «La gente llama más y piden más presupuestos. Tenemos 10 expositores que este año han traído muchos más barcos nuevos, no como antes, que estaban más focalizados en la segunda mano», dijo Díaz.

A pesar de las buenas previsiones, Ramon Díaz explicó el grave problema que hay en Eivissa con los amarres: «En julio y agosto tenemos un déficit de 1.000 amarres y entonces los precios están fuera de control, es una subasta», lamentó. En Eivissa el precio del atraque «supera hasta en tres veces el precio del barco, un barco de 12 metros de ocasión con unos cinco años se puede encontrar por 60.000 o 70.000 euros, y la compra de un atraque de 12 metros está sobre los 300.000 euros por 15 años de concesión, esto es lo que realmente frena al sector», aseguró. «Eivissa podría haber estado en positivo todos estos años de crisis y no lo ha estado por el problema de los atraques», añadió.