La playa de Talamanca presenta este aspecto desde hace ya varios días. Los bañistas apovechan la canícula.

«Mayo ha empezado con temperaturas propias del verano». Así lo aseguró ayer la delegada territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Balears, María José Guerrero. Y es que Eivissa vive desde el pasado 1 de mayo una ola de calor, lo que ha supuesto que estos días se hayan registrado en la isla temperaturas medias de 21,4 grados, «alrededor de 5 grados por encima de lo normal», aseguró Guerrero a este rotativo.

Sant Joan registró, el pasado domingo, «temperaturas de verano que llegaron a los 32,4 grados centígrados».

Según informaron desde la Aemet, las altas temperaturas que han caracterizado el inicio del quinto mes del año se debe a que «una masa de aire cálido que, a partir de hoy (ayer para el lector), se desplazará hacia el este, con la consecuente bajada de temperaturas, que rondarán los 5 grados en los próximos días». De todas maneras, a partir del próximo lunes, los termómetros, dijo Guerrero, «volverán a subir».

Previsiones

Las previsiones para lo que resta del mes de mayo, a falta de cambios en las predicciones, es que se registrarán temperaturas «entre 1 y 3 grados más elevadas de lo habitual».

Por lo que respecta a precipitaciones, después de dejar atrás el segundo mes de abril más seco de los últimos 65 años (por detrás del de 1987), con un valor medio de 0,1 litro por metro cuadrado, este mayo se presenta «normal» y, a partir de la segunda quincena «podría haber alguna tormenta», predijo la delegada insular de Aemet.

Junio y julio

En cuanto a las previsones de la Aemet de cara a los próximos meses de junio y julio, son de «un verano ligeramente cálido, lo que supone una temperatura un poco por encima de la habitual» y con precipitaciones «escasas, las normales en estos meses».

Por otra parte, cabe recordar que las altas temperaturas están siendo una constante desde hace ya más de un mes. Y es que la llegada de la primavera vino acompañada de registros que alcanzaron los 28 grados. Fue a finales de marzo y principios de abril. Aquel ‘veranillo’, aunque resultó algo efímero, duró lo suficiente como para llenar de bañistas las playas de la isla durante los días de la Semana Santa.