Autoritat Portuària de Balears (APB) abrió ayer a los ciudadanos, un día antes de lo previsto, la primera línea del puerto de Eivissa tras concluir la primera fase de remodelación de la fachada marítima. Durante la mañana de ayer, técnicos del gestor portuario estuvieron visitando la zona para certificar que los trabajos se habían desarrollado de manera correcta.

Este fin de semana, el acceso en coche a la zona portuaria remodelada no estará permitido, aunque los vecinos y comerciantes auguraron que a partir del lunes la situación «puede ser caótica», pues la APB, según fueron informados, no prevé limitar el acceso de vehículos a la zona. «Estamos muy contentos de que ya esté el puerto abierto; nos han comentado que faltan algunos flecos, pero lo importante ya está. Este fin de semana no se permitirá la entrada de coches, pero a partir del lunes sí. Queremos que se controle y limite el acceso de coches a la zona portuaria porque esto puede ser un caos», apuntó Joquín Manuel Senén, vicepresidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Puerto.

Inicio con polémica

Los trabajos tenían inicialmente un presupuesto de 8,2 millones, pero finalmente la UTE Corsán-Corviam ganó el concurso público y se redujo el presupuesto a 5,5 millones. La obra arrancó el pasado mes de octubre y su inicio no estuvo exento de polémica, pues los arquitectos aseguraron que los trabajos tenían afectación patrimonial en la zona y se tuvieron que esperar informes del Ministerio de Cultura que determinaron que, finalmente, no era así. Esto retrasó ligeramente el inicio oficial de los trabajos, pero el gestor portuario finalmente ha cumplido el plazo de poner a disposición de los turistas, residentes y comerciantes el paseo en el inicio de la temporada turística. El planteamiento inicial incluía la reforma del edificio de es Martell para construir un edificio que diera servicio a las marinas deportivas, pero ante la falta de consenso sobre qué hacer en él y qué usos debía albergar (la APB prevía usos comerciales, algo que comerciantes y Ayuntamiento no querían), el gestor portuario dejó para después de las elecciones y del verano la búsqueda de consenso. Otro de los puntos polémicos, vinculado al edificio de es Martell, es el aparcamiento subterráneo, que finalmente se descartó por la falta de consenso entre instituciones y vecinos y comerciantes, aunque éstos últimos continúan insistiendo en la necesidad de aparcamiento en la zona.

LA CIFRA

5,5 millones de euros.

El presupuesto inicial previsto para la reforma era de 8,8 millones, pero finalmente la obra se adjudicó a Corsán-Corviam por 5,5 millones.