Raul Jiménez y Charo Martín-Buitrago, dos de los voluntarios de Cáritas que se encargan del reparto de alimentos g Foto: TONI ESCOBAR | Toni Escobar

«Cáritas necesita bricks de leche para gente necesitada. Rogamos que aporten un litro por niño a fin de ayudar a otros niños que no lo tienen». Este es el cartel que figura en el tablón de anuncios del colegio Verge de les Neus de Sant Jordi. Un llamamiento de Cáritas parroquial que pone en evidencia las necesidades existentes. De hecho, Cáritas Diocesana recibe alimentos y productos de primera necesidad de la Unión Europea (UE) tres veces al año ,pero muchas veces no se ajustan a las necesidades.

«Las cantidades que llegan son volubles, tres o cuatro veces al año y cuando los recibimos nos avisan dos semanas antes. Unas veces llegan ochenta toneladas y otras 40», apunta Gustavo Gómez, el coordinador de Cáritas. Las entrega de alimentos lo coordina el Fondo Español de Garantia Agraria (FEGA), un plan de ayuda que distribuye alimentos entre los más necesitados. «Los alimentos son de calidad y españoles», explica Fina Ribas, técnica de Cáritas.

En el último lote recibido, en octubre de 2014, les llegaron arroz, galletas, lentejas, garbanzos, pasta, potitos infantiles, leche en polvo y en brick. La leche genera gran demanda. Ribas explica que «el problema es que, aunque llega bastante, la gente gasta mucha y tiene una caducidad corta, tres o cuatro meses. Ahora estamos comprando y recibiendo donaciones. Hemos reducido mucho la entrega porque no podemos asumir toda la demanda».

Toneladas

Este último año, además, han tenido dificultades. «Retiraron de las ayudas los productos que son más caros como el aceite de oliva, el queso o el atún, que son alimentos proteicos», añade. Gustavo Gómez recuerda que recibieron arroz y legumbres «a toneladas» en este último envío. Sin embargo, lamenta que esas toneladas de alimentos no responden a las necesidades de las familias. «Nos hemos encontrado botes de lentejas en los contenedores de ropa de Cáritas. Cuando les das el lote a las familias, tienen muchas legumbres, necesitas cocinarlas y eso supone un coste», dice.

Garbanzos y arroz

De hecho, en uno de los lotes llegaron más legumbres que arroz. «¿Qué familia gasta más garbanzos que arroz? Quizás alguna, pero muy contadas», se pregunta Fina Ribas. De hecho, ante las quejas, la próxima recepción de alimentos, prevista en junio, incluirá legumbres cocinadas. «En verano tendremos más alimentos, pero de momento estamos comprando y recibiendo donaciones. La leche es lo que más necesitamos. Teníamos leche en polvo, pero no tiene nada que ver», apunta.

Mientas tanto, la entidad diocesana destina parte de sus fondos a complementar la dieta, como atún o cacao para la leche de los niños. De hecho, en Navidad realizan campañas para la recogida de alimentos y los excedentes cubren los meses de invierno, sobre todo los tres primeros del año, «están muy bien, hay verduras en conserva ».

Los alumnos de Verge de les Neus no son los únicos que han colaborado, sino que Ribas explica que también hay otros centros que aportan su granito de arena, como es el caso del colegio de Sant Miguel. «Cada mes hacen una recogida de alimentos diferentes, nos preguntan qué necesitamos. Se han implicado mucho y durante todo el curso hacen una recogida mensual. Un mes le pedimos azúcar, otro leche en polvo para los sin techo. Igual no se recoge mucho, pero son productos diferentes a los que tenemos».

La demanda se mantiene

La demanda de alimentos ha aumentado con la crisis y se mantiene estos últimos años. «No ha bajado el nivel de pobreza, pero sí hay un estancamiento. No hemos notado una disminución», comenta el coordinador de Cáritas. En 2012 se repartieron 170 toneladas de alimentos de los que se beneficiaron más de 3.187 personas de la isla de Eivissa y en 2013 fueron 131 toneladas entre 3.500 personas. «Se repartió menos comida pero entre más gente», apostilla.