A las 21.30 horas y con la puntualidad que había anunciado en los días previos el conseller de Industria, Comercio, Trabajo y Nuevas Tecnologias, Vicent Roig, dió comienzo en el Recinto Ferial la edición número 44 de la Pasarela Adlib. Y lo hizo con un enérgico «¡buenas noches Eivissa!» por parte de la presentadora, la modelo Laura Sánchez, que anunciaba lo que estaba por venir, una gala dinámica, entretenida y que volvió a resultar un gran homenaje a la moda que se fabrica en nuestra isla.

Este año desfilaron un total de 17 colecciones más las creaciones de los estudiantes de l’Escola d’Art, y de nuevo el nivel no pudo ser mejor. Desde el primer momento, con una sorprendente puesta en escena a cargo de World Family Ibiza, con dos hechiceros, una diosa Tanit viviente, y tres músicos parecidos a los de la Polinesia, hasta la última, a cargo de una de las míticas de la moda ibicenca, Piluca Bayarri y con una Elisabeth Reyes apoteósica y derrochando raza, la Pasarela Adlib demostró que se supera cada año que pasa.

Los primeros en mostrar sus creaciones fueron la particular familia de World Family Ibiza que debutaban en la pasarela. Y lo hicieron a lo grande. Bajo una pegadiza música que hizo mover los pies a muchos de los presentes presentaron una colección inspirada en una mezcla entre el western, el folk, los hippys de los años 70, y las etnias ancestrales y se llevaron una grandísima ovación cuando la última modelo en desfilar lo hizo acompañada de dos mujeres vestidas de payesas.

Tras ello la francesa Cristine Astruc, cambió el tercio, apostó por el rock y el cuero y presentó unos vestidos muy originales y coloridos que brillaron con luz propia en la piel de Elisabeth Reyes y Ana Vide, precisamente esta última con un original sombrero de copa. La tercera en salir fue la diseñadora ibicenca de raíces andaluzas Isabel Castellar que volvió a apostar por una magnífica puesta en escena. Noelia López abrió la colección con un corazón rojo en el que se podía leer Fall in Love mientras sonaba una versión de Love is in the air anticipando lo que estaba por venir: Una colección de estilo romántico, lencero y sensual compuesta por bodys blancos de ganchillo, elaborados en algodón y en la que sorprendieron los globos blancos que dejó escapar de su cola una de las modelos.

Tanit Jeans

fue la cuarta en desfilar y haciendo honor a su nombre, para su quinta participación en la pasarela, volvió a apostar por el tejano en colores azules oscuros, azules claros, dorados y negros, y todo mezclado con topos en seda, flecos de cuero y elementos de Swarovski. Tras ellos, la ibicenca Ivana Mestres optó por prendas elegantes y sofisticadas con un fuerte predominio del folclore en el que se fusionaba con gran acierto el flamenco y el tango. La joven suiza de nacimiento Jannine Helbling, exestudiante de l’Escola d’Arts d’Eivissa, volvió a inspirarse en la isla, el Mediterráneo y la arquitectura ibicenca para mostrar unos vestidos blancos y negros, todos ellos con acabados fluorescentes, que lucieron especialmente bien Lorena Jiménez, la modelo de tallas grandes, y Astrid Klisans, mujer de Carlos Baute.

Justo después fue el turno para las dos colecciones de Beatrice San Francisco, la de hombre y la de mujeres. La primera fue de las más aplaudidas de esta edición, tanto por la calidad de las prendas que volvió a elaborar Francisco, el diseñador de la marca, en colores neutros, elaborados en punto y todos en talla única, como por sus modelos, entre los que brilló con luz propia Nicolás Coronado con una pieza en color verde caqui. Por su parte, su mujer Beatrice, apostó por un desfile muy dinámico con una música muy bailable y sobre todo por vestidos en colores crudos con ganchillo y punto, en colores oscuros acompañados de cadenas, lycras y calados, y por último, por diseños elegantes para fiestas y bodas.

Finalmente Virginia Vald, la pequeña empresa de la diseñadora Virginia Rovira, fue la primera en cerrar la primera parte. Y lo hizo con piezas que combinan tejidos nobles, diversos colores, abalorios muy elaborados y composiciones únicas que se inspiran en el movimiento que se ha dado por llamar bohemia- hippy chic.

Tras ella volvió a subir al escenario Laura Sánchez para volver a arrancar los aplausos de los presentes con su cercanía y simpatía y para recordar lo que significa en sus orígenes la moda Adlib: «libertad y viste como quieras pero con estilo».

Adlib más clásico

Fue el preludio de una segunda fase en la que se pudieron ver los vestidos que recuerdan al Adlib más clásico, siempre con respeto a la innovación, creatividad y originalidad que demuestran los alumnos de l’Escola d’Arts d’Eivissa año tras año.

Y una vez más los jóvenes estudiantes demostraron que tienen futuro. Mientras otro joven hacía beatbox en directo derrocharon originalidad con su colección Metamorfósis salina inspirada en el Parc Natural de Ses Salines de Eivissa, luciendo especialmente bien los vestidos de Noelia López y Nicolás Coronado.

Tras ellos, fue el turno de otra exalumna de la escuela, Rebeca Ramis, ganadora del Certamen de Jóvenes Diseñadores de Balears en 2010 y debutante en la pasarela. Y lo hizo con un impresionante primer vestido blanco que lució Patricia Yurena con su simpatía habitual y con una colección titulada Ibiza and Africa que fusionaba a la perfección lo mejor de la moda Adlib más clásica con los estampados con simbolos étnicos y de animales.

Con Vintage Ibiza la sensación fue la misma. El duo formado por Alberto Serra Ramirez y Jose Antonio Mari Schroder impresionaron desde su primer vestido en azul celeste con falda estampada lucido por Elisabeth Reyes y desde su propuesta para hombre, en blanco total y con una chaqueta en verde claro que llevó, de nuevo, con gran acierto Nicolás Coronado. Morocha Ibiza, la compañía compuesta por los argentinos Marta y Jaime presentaron la colección Bohemia Adlib, inspirada en la Eivissa de los años 70, y con trajes elaborados en gasa ibicenca y en colores pastel y tonalidades suaves. La ibicenca Luisa Tur tambien apostó para su primera experiencia en esta pasarela por una colección del Adlib más clásico con trajes de algodón, donde las puntillas y los bordados fueron los protagonistas junto al tul trabajado con guipur que lucieron Patricia Yurena, Lorena Jiménez y Nicolás Coronado.

Por su parte Dira Moda Ibiza, de la también ibicenca Diana Vizcaíno optó para su décimo aniversario con piezas de formas vaporosas fieles a lo que ha sido la trayectoria de la marca. Así, tanto Elisabeth Reyes como Ana Vide, deslumbraron con una colección de vestidos de novia con inspiración vintage, llena de encajes, tules y bordados con el blanco como protagonista.

Y así, entre aplausos y ovaciones, la gala se fue acercando hasta su final. Pero aún quedaban cuatro de los clásicos, Tony Bonet, que volvió a desfilar con los complementos de la joyera Elisa Pomar, Ibimoda y Piluca Bayarri.

Los clásicos

El primero, exalumno de l’Escola d’Arts es uno de los nombres propios de la moda Adlib como acredita que en 2014 consiguió el Dedal de Oro en la Pasarela Costura España. Y el ibicenco volvió a no defraudar a nadie. Apostó por una colección inspirada en Eivissa combinando modernidad y tradición a la perfección. Además ayudaron los sorprendentes y bellos complementos de Elisa Pomar, que complementaban perfectamente los diseños, como en el caso del lucido por Astrid Klisans, unido originalmente a la altura del abdomen.

Ibimoda, la marca creada en 1997 por las hermanas Antonia y Lali Riera, volvieron a demostrar porque son una de las punteras en el Adlib más clásico, el de diseños elaborados completamente en algodón, en blanco y con materiales ligeros y trabajados artesanalmente. Especialmente bonito fue la apuesta masculina, con camisa y pantalón blanco.

Y finalmente Piluca Bayarri puso el punto final. La valenciana mostró vestidos para novias sexis, con atrevidas transparencias que fueron lucidas de manera impresionante por la ibicenca Ana Vide y una racial Elisabeth Reyes, que cerró el desfile de forma espectácular con un vestido semitransparente con el sello de Swarovski Elements.

Sin embargo, la apoteósis final estaba por llegar. Y vaya si llegó. Fue con la cantante Vanesa Klein quien derrochó energía y sobre todo voz sobre el escenario para dejar un magnífico sabor de boca hasta el año que viene.