El coordinador del secretariado técnico de la Alianza Mar Blava posa para Periódico de Ibiza y Formentera en un parque de Madrid. | D. Espinosa

Carlos Bravo (Madrid, 1960) recuerda que aún son dos los proyectos que, por el momento, están acechando a las Balears. El coordinador de la Alianza tiene claro que la retirada de Cairn Energy no significa que la petrolera escocesa desista en la búsqueda de hidrocarburos en el mar Mediterráneo. «Los intereses de Cairn Energy en el golfo de León son obvios», asegura.

—¿Cree que Spectrum y Seabird tomarán ejemplo de Cairn Energy y renunciarán a los proyectos?

—Sería lo deseable, pero nos tememos que estas otras compañías (Seabird Exploration y Spectrum Geo Limited) no van a seguir los pasos de Cairn Energy. Seguiremos trabajando para lograr que ambas empresas desistan de sus intenciones o que el Ministerio de Medio Ambiente resuelva los respectivos expedientes denegándoles las autorizaciones que han solicitado. Tenemos la impresión de que el Ministerio de Industria va a centrar ahora sus esfuerzos en que salga adelante el proyecto de adquisición sísmica de Seabird Exploration en el golfo de León (en la misma zona donde, quizá no tan casualmente, Cairn Energy ha solicitado 12 permisos de investigación de hidrocarburos: áreas ‘Nordeste I’ a ‘Nordeste XII’). Y no olvidemos tampoco que está en tramitación el nefasto proyecto de sondeos acústicos de Spectrum en el mar Balear. Ambos con un enorme impacto ambiental negativo que la Alianza Mar Blava ya se ha encargado de exponer con claridad a las autoridades en sus escritos de alegaciones.

—¿Por qué cree sinceramente que la petrolera escocesa desiste en el Golfo de Valencia?

—Parece obvio que Cairn Energy, de algún modo conocedora privilegiada de que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto iba a ser negativa, ha decidido emprender una retirada «voluntaria» como estrategia de contención de daños a su imagen y sus intereses, en lugar de esperar a recibir el varapalo de una resolución negativa por parte del MAGRAMA. Sea como sea, el caso es que el trabajo conjunto de la Alianza Mar y otras organizaciones de diverso tipo ha conseguido echar a una poderosa petrolera y evitar que ésta pudiera llevar a cabo su pretendido objetivo de llenar el golfo de Valencia de plataformas petrolíferas.

—¿Entrará Cairn Energy en el golfo de León?

—Los intereses de Cairn Energy en el golfo de León son obvios. Esta petrolera ha solicitado en esa zona 12 permisos de exploración de hidrocarburos, las áreas ‘Nordeste I’ a ‘Nordeste XII y está a la espera de que Industria se los conceda. No creemos que sea casualidad que la compañía Seabird Exploration haya presentado un proyecto de sondeos acústicos en esa misma zona, coincidiendo casi plenamente con la superficie de los permisos que ha solicitado Cairn. Pensamos que, presumiblemente, se trate de una estrategia concertada para permitir a Cairn ahorrarse un tiempo significativo de la tramitación administrativa. Si Seabird lograse llevar a cabo su proyecto, los datos que obtuviera sobre localización de posibles formaciones de hidrocarburos en el subsuelo marino se los podría vender a Cairn Energy. Así, si Seabird obtuviera resultados negativos, Cairn Energy podría desistir de su solicitud más rápidamente. En caso de que Seabird encontrara potenciales yacimientos, Cairn Energy mantendría su solicitud y, una vez concedidos los permisos, ya tendría realizada de antemano la fase de sondeos acústicos. De esta manera, Cairn Energy se ahorraría mucho tiempo de tramitación y se saltaría una de las fases previas de todo permiso de exploración de hidrocarburos: la adquisición sísmica (sondeos acústicos).

—¿Podrían más empresas solicitar permisos de búsqueda de hidrocarburos?

—Sí, por supuesto. El ministro de Industria ha hecho diversos llamamientos públicos a las empresas del sector del petróleo y del gas para que vengan a explotar nuestros recursos, sin importarle lo más mínimo los valores medioambientales ni la opinión al respecto de las comunidades autónomas y la población local. Se siguen pidiendo más permisos; en marzo de 2014 se publicó en el BOE la solicitud de un nuevo permiso de investigación de hidrocarburos (llamado Medusa) por parte de varias empresas frente de las costas de Tarragona, muy cerca del área donde Repsol está tratando de ampliar su zona de actuación en torno a su plataforma petrolífera Casablanca, instalada en 1982.

—Desde la Alianza Mar Blava insisten en que la Ley de Hidrocarburos se debe cambiar, ¿por qué?

—Creemos que es necesario que se haga una reforma en profundidad de esta ley (desarrollada por un Reglamento de 1976, previo a la Constitución) para eliminar su carácter promocional de la búsqueda y explotación de los hidrocarburos y transformarla en una ley que tenga en cuenta la realidad del cambio climático, que priorice los criterios medioambientales, en la cual incluso se pudiera concretar la declaración del Mediterráneo Occidental español como zona libre de prospecciones petrolíferas. Entre los cambios a incluir en una nueva Ley de Hidrocarburos (y en una modificación de la Ley de Impacto Ambiental) estaría el que fuera obligatorio realizar un procedimiento de evaluación ambiental integrada de los permisos de investigación de hidrocarburos, y no fragmentada de cada de sus fases por separado como se hace actualmente.

—¿En qué punto se encuentran los proyectos del Golfo de León y Mar Balear?

—Por un lado, está en tramitación ambiental el proyecto de sondeos acústicos solicitados por Spectrum Geo Limited en el mar Balear. Se está a la espera de que se ponga en marcha la fase de alegaciones al estudio de impacto ambiental, pero ya consta en el expediente administrativo un demoledor informe de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar que informa negativamente la realización de este proyecto. Con respecto al proyecto de Seabird en el golfo de León, Mar Blava ha manifestado varias veces, tanto públicamente como en escritos oficiales, que los ministerios de Industria y Medio Ambiente lo están tramitando en fraude de ley y pretenden saltarse la fase de información pública, hurtando así el derecho de la ciudadanía a presentar alegaciones. Quizá el Gobierno central no quiera que se repita lo de las más de 128.000 alegaciones presentadas contra el proyecto de Cairn Energy en el golfo de Valencia. Hemos advertido tanto a Industria como a Medio Ambiente de que pueden incurrir en responsabilidad penal si, tras la admisión inicial del expediente y una vez presentadas las alegaciones de Mar Blava, se continúa actuando a sabiendas de la injusticia que supone otorgar validez procedimental a unos trámites que no pueden tenerla.

Por otro lado, Mar Blava ha analizado el pésimo estudio de impacto ambiental presentado por Seabird, que además de ser obsoleto y carente de validez (es del 2012) tiene tal cúmulo de defectos, incorrecciones, omisiones e interpretaciones sesgadas que sólo por este motivo el impacto ambiental emitido por Medio Ambiente debería ser negativo.

—¿Por qué cree que Soria informó un mes tarde de la renuncia de Cairn Energy?

—Lo que presuntamente hicieron es hacer un cálculo para evitar los costes electorales del PP en las elecciones autonómicas. Si el impacto ambiental hubiera salido antes de estos comicios y fuese positiva hubiera tenido costes electorales negativos en Balears donde este partido gobierna y existe una generalidad del electorado que es manifiestamente contrario a dichas actividades petroleras. Si, por el contrario, la DÍA se pronunciaba de forma desfavorable, aunque ello hubiera beneficiado las expectativas electorales del PP en Balears, se hubiera podido interpretar en Canarias (de donde es originario el ministro Soria) como un tratamiento desigual, lo que hubiera podido tener costes electorales negativos para el PP. Por ello, lo más rentable para el Gobierno central, y sobre todo para el ministro Soria, desde una perspectiva electoral era retrasar la decisión hasta después de las elecciones autonómicas, que es lo que realmente ha sucedido.

—¿Ampliarán la denuncia que ya presentaron contra Medio Ambiente para incluir a Industria por haber informado tarde de la renuncia?

—De momento, nuestra intención es mantenerla tal cual se formuló.

—¿El rechazo social contra las prospecciones se mantiene como el primer día?

—Creemos que sí. En la fase de alegaciones del proyecto de Cairn Energy (finales de 2013 y principios de 2014), cuando el movimiento anti prospecciones estaba menos articulado y la ciudadanía menos alerta, se consiguieron más de 128.000 alegaciones de ciudadanos contrarios al proyecto, de las cuales 117.000 proceden de Baleares, y que fueron legalmente registradas en este procedimiento administrativo, lo que constituye un récord histórico de enorme trascendencia en un proyecto de estas características. Además se presentaron decenas de alegaciones de administraciones, instituciones, ONG, entidades del sector privado, del sector del turismo, del náutico, de cofradías de pescadores...todas ellas contrarias al citado proyecto. También el Govern balear apoya el rechazo a este proyecto y al resto de prospecciones petrolíferas planeadas en torno a las Islas Baleares, al igual que sucede con todos los Consells insulares. Es el mismo caso del Parlament balear, donde se han aprobado unánimemente varias mociones en este mismo sentido. El papel de las instituciones ha sido también importante y, especialmente, el de las Pitiüses (Consell d’Eivissa, Consell de Formentera y todos los ayuntamientos) ha sido aún mayor porque se integraron como miembros de la Alianza Mar Blava y dieron apoyo económico para su funcionamiento. También el Consell d’Eivissa ha sido muy activo a la hora de trasladar el problema a organismos como la UNESCO o la Comisión Europea, entre otros.

—¿Qué valoración hace de la trayectoria de la Alianza Mar Blava?

—Se creó en mayo de 2013 y un año después se consolidó. La unidad de todos los sectores representados en la Alianza (sector privado, sociedad civil y Administración) se ha fortalecido gracias al espíritu de confianza, transparencia, honestidad y búsqueda de consenso que ha imperado todo el tiempo entre nosotros. Prueba de ello es que a lo largo de 2014 se ha duplicado el número de entidades miembros y amigas de la Alianza (llegando actualmente a un total de 85), que lo han solicitado tras conocer de nuestra existencia y actividades en contra de las prospecciones petrolíferas. La difusión que la Alianza ha logrado hacer de la amenaza de estas prospecciones petrolíferas ha contribuido decisivamente a que la sociedad tomara conciencia de los riesgos que entrañan y que se consiguiera que la protesta haya sido compartida por toda la ciudadanía. En 2015 ya hemos logrado ganar la primera batalla, pero hay varias más que librar. Estamos contentos del éxito conseguido contra Cairn Energy pero seguimos en la lucha, y para continuar necesitamos la ayuda de todos.

—¿Piensa que puede pasar como en Canarias y que algún sondeo petrolífero se acabe haciendo?

—Si la sociedad balear sigue unida como hasta ahora, estamos seguros de que vamos a conseguir que ninguno de estos proyectos se lleve a cabo y que el Mediterráneo sea declarado por ley como zona libre de prospecciones.