Una excavadora trabaja para retirar las cenizas generadas por los fuegos artificiales en la playa de ses Figueretes.

La tradicional Nit de Sant Joan dejó en las playas del municipio de Eivissa algo más que cenizas y un puñado de deseos en las hogueras prendidas como parte del ritual depurativo. La celebración de la noche más corta del año sirvió, además, para constatar el incivismo que profesan algunos, dado el estado en el que han amanecido litorales como los de ses Figueretes, Platja d’en Bossa o Talamanca. En esta última playa, centenares de bolsas y botellas de plástico, latas o recipientes de vidrio complicaron el paseo matinal de muchos usuarios. También en las calas del popular barrio ‘vilero’, donde bien entrada la mañana una retroexcavadora culminaba las tareas de limpieza obligando a los veraneantes a mover sus toallas en busca de una mejor ubicación.

El Ayuntamiento de Eivissa desplegó desde la madrugada un amplio dispositivo formado por seis vehículos y 10 operarios para sanear las citadas playas además de los aledaños de la Asociación de Vecinos de Can Escandell. Según informan fuentes del consistorio, esta dotación de limpieza trabajó entre las 05.00 de la mañana y las 11.30 horas para devolver las playas del municipio a su estado original tras una noche de fiesta, pero también de excesos. Desde el ayuntamiento informan de que el residuo generado consistió básicamente en material consumible de bebida y comida y restos de hogueras.