Las primeras divergencias de criterios entre los nuevos Consells d’Eivissa y de Mallorca, gobernados por sendas coaliciones progresistas, no han tardado en producirse a cuenta de la gestión de los residuos. El presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, defendió ayer que la planta de Son Reus asuma la incineración de toda la basura de Balears para amortizar unas instalaciones «sobredimensionadas» e intentar no subir la tasa de tratamiento de residuos: «Me guste o no me guste me lo tengo que comer con patatas». Aunque expresó su rechazo a este modelo de gestión, Ensenyat prevé reunirse este mes con sus homólogos de Eivissa, Vicent Torres, y de Menorca, Maite Salord, para establecer el sistema de transporte de los residuos de ambas islas hasta Mallorca y negociar una tasa por la incineración para esos desechos.

«Última opción»

Preguntado por este nuevo escenario sobre la gestión de residuos, el conseller ibicenco de Medi Ambient, Miguel Vericad, señaló que transportar la basura a Son Reus «es nuestra última opción» ya que la política del nuevo equipo de gobierno no contempla «incinerar los residuos» y va encaminada, apuntó, a «una reducción sustancial de la generación de residuos en su origen, al reciclaje y el reaprovechamiento». «La importación de residuos ha tenido mucha contestación social en Mallorca. En principio no está contemplado el envío de residuos a la incineradora de Son Reus», precisó Vericad durante la visita que junto al presidente del Consell Insular, Vicent Torres, y las vicepresidentas Viviana de Sans y Marta Díaz realizó al Parc de Bombers d’Eivissa, en Sant Rafel.

Desde Palma, Ensenyat explicó que «el precio que se paga en Mallorca incluye otros servicios que los menorquines y los ibicencos no tendrían», por lo que la tarifa estaría pendiente de un cálculo que debe contemplar asimismo que «la ley dice que el transporte interislas de basuras lo tiene que pagar el Estado», algo también pendiente de negociar. Quemar en Mallorca la basura de las otras islas del archipiélago, sostuvo, permitiría cubrir estos costes y que Menorca y Eivissa cumplan la directriz europea de suprimir los vertederos, cuya vulneración conllevará sanciones para la Comunidad a partir de 2018.

No obstante, según un estudio realizado en 2009 por el Consell d’Eivissa, transportar las basuras a Mallorca costaría más de 11 millones de euros al año, pasando de los 34 euros anuales por tonelada a 200, lo que repercutiría en el bolsillo de los ibicencos.