Josep Maria Bassols en el centro junto al exconseller Marià Torres en 2011 cuando se presentó la cesión de su material al Consell.

El pasado día 28 de junio falleció Josep Maria Bassols, uno de los directores más prolíficos sobre temas de Eivissa que posiblemente tenga jamás nuestra isla. Al parecer la causa de la muerte fue un golpe en la cabeza por el que fue ingresado y del que no pudo recuperarse. Ayer se dio a conocer la noticia.

Nacido en Barcelona en 1930, licenciado en Química y dueño de una empresa en su ciudad natal, llegó a las Pitiüses con 42 años en compañía de su mujer Inge y su hija Cristina, huyendo del ritmo agobiante de la vida de la ciudad condal y se quedó tan prendado de lo que encontró que, lo que en principio iba a ser una afición, se convirtió en una dedicación casi obsesiva. No en vano, en muy poco tiempo y después, durante más de cuarenta años, se convirtió en el gran cronista de todo lo que hace referencia a las costumbres de Eivissa, las tradiciones, los oficios y las personas conocidas y representativas del mundo de nuestra cultura tradicional.

Es más, todos los que le conocieron y vivieron de cerca su trabajo aseguran que muchos de los aspectos de la vida pagesa, como els balls, la música y la cançó, la indumentaria, el podenc eivissenc, les espardenyes de pitra, els trulls, les sitges, els forns de cal i pega, les festes de maig y Sant Joan, o muchos de los elementos de la arquitectura tradicional hubieran podido desaparecer si no hubiera sido por su incansable trabajo.

Siempre junto a Carlos Cáceres

Un trabajo para el que Josep Maria Bassols no escatimaba medios, tanto humanos como técnicos. Los que les conocieron, como la exconcejala y ahora directora del Arxiu d’Imatge i So del Consell d’Eivissa, Lina Sansano, aseguran que «siempre empleaba las mejores cámaras o el último objetivo y que siempre buscaba el mejor especialista y el mejor asesor». En este sentido, todos destacan la labor «siempre a su lado, como un buen confidente de su cámara y ayudante, Carlos Cáceres».

Esto es algo que hizo que, desde el año 1984, TV3 confiara en él para conseguir multitud de imágenes, noticias y documentales y que fueran muchas las empresas y productoras, tanto de la isla como de fuera, las que le encargaban sus vídeos publicitarios y de promoción sobre Eivissa.

Por todo ello, según Lina Sansano, sería imposible hacer un listado exhaustivo de todo lo que dejó grabado. Sin embargo, la exconcejala aseguró que hay «joyas que marcaron un antes y un después» como El festeig pagès, fruto de más de cincuenta horas de grabación con la colla de Sant Agustí como protagonista o la serie El llegat de les Pitiüses, compuesta de dos temporadas de trece capítulos de unos 25 minutos cada uno y que se rodaron entre 1999 y 2001 y se emitieron para TVE entre 2000 y 2001.

Igualmente, Sansano también destaca de sus vídeos centrados extrictamente en las tradiciones sus largos documentales sobre Formentera, ses Salines d’Eivissa i Formentera, Cala d’Hort, es Amunts o Santa Eulària des Riu, una obra en la que invirtió más de cinco años.

Cedió su patrimonio

En 2011 Josep Maria Bassols decidió ceder todo su trabajo videográfico al Consell d’Eivissa, con el fin de que todo su patrimonio, grabado en Eivissa entre 1973 y 2005 pudiera conservarse con todas las garantías y estuviera al alcance de todo el mundo. Concretamente, aquella cesión para el Arxiu d’Imatge i So del Consell d’Eivissa incluyó 818 cintas de 30 minutos grabadas con una Betacam SP, 38 cintas de 60 minutos, dos cintas de 90 minutos, 16 cintas de VHS y un cassette editado que con audio y banda sonora. En total todo sobrepasaba las 500 horas de grabación. «Sea mucho o poco el valor de estos documentos, lo importante es que estén aquí, que no salgan de la isla y que no se haga un mal uso de estas imágenes», contó en aquel momento Bassols mientras explicaba que rechazó una oferta muy generosa de una empresa privada. Ahora, este cronista de la historia de Eivissa descansa junto a su legado.