Representantes de Cespa-Ferrovial y de los empleados municipales de limpieza, durante la reunión en el Tamib. | Daniel Espinosa

Los cerca de 120 empleados del servicio de limpieza y recogida de residuos municipal de Vila iniciarán este domingo a las 22.00 horas una huelga indefinida tras verse rotas las negociaciones por una mejora salarial con los representantes de Cespa-Ferrovial.

La segunda reunión se prolongó ayer durante tres horas en el Tribunal d’Arbitratge i Mediació de les Illes Balears (Tamib) sin que se alcanzara un acuerdo. Ni siquiera la aportación de las mediadoras y una representante del ayuntamiento logró acercar posturas. Los representantes de los trabajadores trasladarán mañana en asamblea la última propuesta al resto de empleados, quienes decidirán si finalmente emprenden el parón indefinido. En esa reunión también se negociará con el ayuntamiento los servicios mínimos que operarán cuando comience la huelga.

«Se ha cerrado sin acuerdo porque en vez de estar negociando con empresarios parece que estamos negociando con trileros del bazar de Estambul», señaló molesto tras la reunión Felipe Zarco, portavoz de CCOO, quien no cree que los trabajadores acepten la última propuesta de la empresa, que supondría una mejora salarial de 0,4 puntos sin revisión del IPC –unos 6 euros más al mes sobre un sueldo de 1.500 euros–. La proposición final de los trabajadores suponía una subida del 0,5% con cláusula de revisión del IPC o del 0,8% sin esta revisión –unos 12 euros de subida mensual–. «Si la previsión del IPC es que acabe en el 1%, todavía los trabajadores perderían un porcentaje del 0,20», precisó Zarco.

El portavoz sindical pidió «paciencia y disculpas» a los residentes en Eivissa y aseguró que negociarán «hasta el último minuto», pero denunció que las empresas, «sobre todo las UTEs, que quieren repartirse el pastel de toda la isla», son empresas «low cost que quieren hacer unos derechos low cost a los trabajadores y no lo vamos a consentir».

Cinco años

Uno de los empleados presentes en la reunión reconoció que en 2012 y 2013 perdieron un punto en su poder adquisitivo y que «ahora le toca a la empresa perderlo».

Este mismo trabajador lamentó llegar al extremo de iniciar una huelga indefinida: «Si la imagen de la ciudad ya es triste verla recogiendo cada día, un día de huelga no me quiero imaginar cómo puede amanecer el puerto, las calles... Sería lamentable, pero es lo único que nos queda. Lo sentimos por la población, pero hace cinco años que estamos con prórrogas, con el material obsoleto y con camiones de hace 21 años». Por otro lado, hoy prosiguen las negociaciones de los empleados de Santa Eulària, Sant Joan y Sant Josep con las concesionarias UTE Es Vedrà y Herbusa.