Cada día, el Mercat Nou de Vila depara nuevas sorpresas para sus clientes. Paseando por sus pasillos encontramos estos días una llamativa propuesta que le da una vuelta de tuerca más al concepto de huerto urbano: las tomateras de balcón.

Así, los geranios, lirios o margaritas que tradicionalmente han lucido en ventanales y terrazas podrían verse ahora desplazados por el rojo de una de las hortalizas más apreciadas en verano. De esta manera, cualquiera puede plantar parte de su comida sin necesidad de poseer terreno alguno, simplemente dedicando un pequeño rincón de la vivienda, por poco rural que sea.

«Me llamaron la atención, me pedí un par para mi y pensé que habría otras personas como yo que les haría gracia cultivar sus propios tomates aunque vivan en un piso», explica Susana Gómez, de l’Ou Ibiza, puesto que comercializa estas tomateras, además de una gran variedad de productos locales y/o ecológicos.

«La verdad es que aquí en Eivissa mucha gente tiene huerto propio o acceso al de algún familiar, vecino o amigo o simplemente los compra aquí, en el mercado –prosigue– pero estas tomateras permiten que todo el mundo pueda llevarse a a la mesa sus tomates».

«Estas son pequeñas y solo venían con dos tomates cada una, pero replantadas y cuidadas con mimo seguro que crecen bastante y pueden dar más cantidad», señala Gómez.

Además, estas tomateras –que cuestan dos euros– tienen la particularidad de ser ecológicas, con su correspondiente sello certificado. Así, según la praxis del urbanita reconvertido a agricultor, su dueño podrá presumir de cultivar sus propios tomates ecológicos.

A propósito de los tomates y de su cultivo ecológico, la comerciante comenta que también dispone de okra (hortaliza también conocida, entre otros muchos, por los nombres de candia o ají turco). «Es una especie de pimiento verde que los agricultores conocen bastante porque funciona muy bien contra la plaga de la tomatera, la Tuta absoluta», indica. «Aquí en Eivissa se planta en algunas fincas con esta función protectora como principal meta, ya que no tiene una gran demanda en el mercado», añade.

Sin embargo, más allá de su valor en el campo, la okra también se distingue por ser una rica hortaliza utilizada en muchas países del mundo. «Aquí no se usa demasiado, pero se emplea en muchas regiones de América, África y Oriente», manifiesta la responsable de l’Ou Ibiza.

Respecto a sus cualidades gastronómicas, Gómez destaca que la okra resulta idónea para mezclar con otras verduras:«Al cocinarla, tanto al horno como al vapor, se vuelve gelatinosa y da consistencia a cualquier plato».

Además, entre sus propiedades nutritivas, cabe reseñar que la okra es rica en vitaminas C y E y tiene un alto contenido en polifenoles y betacarotenos, que son potentes antioxidantes.

Asimismo, actúa como regulador digestivo e intestinal y tiene propiedades que favorecen la salud cardiovascular y estimula el aumento de la memoria. Por otra parte, sus hojas y raíces se usan en distintos países por sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y para tratar cortes, heridas o quemaduras.