Una de las sábanas blancas colgada en el túnel de Sant Rafel en protesta a la competencia desleal e ilegal que llevan a cabo los taxis piratas durante la temporada de verano en Eivissa.

«Danger pirates», «Taxi pirata. Delito» o «Piratas fuera de Eivissa» son las palabras que alguna persona o personas anónimas han escrito sobre sábanas blancas y han colgado en diversos puntos de las carreteras de Eivissa para mostrar su rechazo absoluto a las prácticas ilegales del taxi.

Éstas no son las únicas muestras de protesta que se han podido ver en estos últimos días. El pasado domingo 2 de agosto taxistas profesionales se manifestaron de manera pacífica en el aeropuerto de Eivissa. Disfrazados de piratas y con máscaras de héroes y de V de Vendetta se pasearon por las instalaciones aeroportuarias con la intención de concienciar a los turistas sobre la importancia de hacer uso del transporte legal y, además, plantar cara «y decir basta» a los múltiples taxistas ilegales (ya sea con coches particulares o furgonetas del estilo Viano) que se concentran tanto en la puerta de llegadas de la terminal como fuera de las instalaciones intentando captar clientes incluso de la cola de taxis oficial.

«Queremos dar a conocer la dimensión real del problema para que las autoridades y los políticos se pongan manos a la obra. Siempre dicen que es muy difícil; siempre están dando excusas y esperamos que los nuevos gobernantes se muevan de una vez y hagan su función porque hasta el momento lo único que han hecho los políticos son algunos controles, inspecciones... una limpieza de cara», expresó un taxista que, igual que el resto de sus compañeros, prefirió que su nombre y apellido no apareciera en prensa por miedo a represalias de los taxistas ilegales.

Amenazas

En este sentido aseguraron que «las amenazas, los intentos de sacarnos de la carretera, coacciones....» se están convirtiendo en algo habitual por parte de los ilegales. «Cada vez son más agresivos y están más organizados. Es un auténtico acoso y hemos llegado al punto de que parece que les estamos quitando el trabajo a ellos cuando es al revés ¿Qué tenemos que hacer, quedarnos en casa sin trabajar?», explicaron. Según el relato de varios taxistas legales consultados por este periódico, ha habido «intentos de acoso sexual de taxistas pirata a turistas jóvenes»,
«Cada verano es peor; sentimos frustración, indignación y enfado de ver a esta gente quitándonos el trabajo de manera ilegal», es la frase de un taxista asalariado que podría extrapolarse al sentimiento generalizado del sector del taxi en Eivissa.

El problema del intrusismo en el transporte no es nuevo, pero cada verano va a más y, pese a no contar con cifras oficiales (algunos taxistas aseguran que los ilegales son alrededor de 800 cuando la flota legal es de 660 contando las estacionales), esta temporada la sensación es que han aumentado.