A José Vicente Marí Bosó (Eivissa, 1970) se le ha acumulado el trabajo. A su reciente proclamación como nuevo presidente del PP de Eivissa se le une su vuelta al despacho profesional que dirige después de su paso por la Conselleria d’Hisenda del Govern balear. Él estará a los mandos de la formación conservadora hasta, por lo menos, el congreso insular del próximo año.

—En la reunión de la junta directiva del PP, en la que se ratificó su nombramiento, tomó la palabra Antoni Marí Calbet. ¿Qué les dijo?
—En un minuto hizo un análisis muy acertado de la situación política de nuestra isla y de la situación de nuestro partido. Y todos coincidimos en su análisis. El presidente Marí Calbet es uno de nuestros referentes políticos y no sólo en el Partido Popular, sino en muchos sectores diferentes de nuestra sociedad. Es un lujo contar con su capital político.

—¿Cuántos compañeros le han animado a dar este paso?
—Bastantes, pero de lo que se trataba era buscar la persona que suscitara el mayor consenso y acuerdo. Daba igual que fuera yo o que fuera otro.

—¿Siente que está de paso o aspira a ostentar la presidencia más allá del congreso del próximo año?
—Soy afiliado del Partido Popular desde hace más de 25 años, por lo que no estoy de paso. Ahora, la decisión hoy es ésta. Es una decisión provisional que responde a una decisión, que es la dimisión de Vicent Serra. A partir de aquí lo que tenemos que hacer es analizar bien y poner en común las causas de por qué hemos perdido gobiernos municipales y el insular, y empezar a trazar las líneas y fortalecer estructuras para presentar a las elecciones generales un proyecto estimulante para los ciudadanos.

—¿Cree que acertó Vicent Serra al dejar la presidencia?
—Todos le pedimos que no lo hiciera. El Partido Popular de Eivissa en las elecciones autonómicas y municipales es evidente que tuvo un menor apoyo ciudadano, pero la situación del PP en Eivissa ha sido diferente que en Mallorca y Menorca, donde sacamos seis y tres puntos porcentuales más de apoyos, respectivamente. Las causas [de la derrota] no eran exclusivas de Vicent Serra, por lo tanto no requería una dimisión. En todo caso tengo que agradecerle el trabajo hecho y el que seguirá haciendo como portavoz del Consell y en el Parlament.

—Después de esta derrota, ¿el PP tiene que llevar a cabo una remodelación profunda o con cambiar al presidente ya es suficiente?
—Cambiar al presidente no es suficiente, al contrario, tenemos que analizarlo bien. Venimos de unas elecciones europeas y de unas locales, que marcan una determinada tendencia. Tenemos que modernizar políticas, lenguajes y mensajes; tenemos que fortalecer la estructura del partido y recuperar complicidades con mucha gente.

—¿Se ha olvidado de la gente el Partido Popular en estos últimos cuatro años?
—Lo habremos hecho bien o mal, pero nuestra obsesión ha sido arreglar los problemas de nuestros conciudadanos. Sé que ahora cuesta, pero hay que ponerse en el año 2011 y 2012, cuando nuestras instituciones estaban en situación de quiebra. Las políticas que intentamos hacer desde el Govern y me consta que también las de mis compañeros de las otras instituciones eran para resolver los problemas de la gente. Otra cosa es que en algún momento haya parecido que actuábamos con frialdad, pero la obsesión en todo momento era resolver los graves problemas de la sociedad. Destruíamos ocupación, veníamos de enviar 97.000 personas a las colas del paro, teníamos un déficit público del 5%, los proveedores no cobraban de la administración pública... A todo esto le hemos puesto remedio y esto revierte en las personas. Hoy hay 46.000 puestos de trabajo más, tenemos crecimiento económico y, por lo tanto, recaudamos, tenemos ingresos y no hace falta recortar gastos. Y esto es lo que hemos hecho y todo revierte en las personas.

—¿Cómo ha afectado todo esto para que el PP haya perdido el Consell d’Eivissa y las alcaldías de Vila, Sant Josep y Sant Antoni?
—Todo influye, pero tenemos que mirar de no engañarnos. Podríamos que decir que es culpa de las políticas de Rajoy y de Merkel pero tenemos que ser responsables y responder de nuestras políticas. A nivel de Eivissa tengo una determinada visión, he trabajado codo con codo con Vicent Serra y la única vez que han bajado los presupuestos públicos en 35 años de democracia han sido estos últimos cuatro años, y en este tiempo hemos puesto el hospital de Can Misses, que son 30 millones de euros anuales; tenemos en marcha 61 millones de euros en inversiones de depuración y tratamiento de agua: la depuradora de Vila, que lleva 20 años, está en marcha; la depuradora de Santa Eulària, la de Sant Josep, la de Cala Tarida y su emisario, y la interconexión de las desaladoras. Es verdad que tenemos un problema con la desaladora de Santa Eulària pero todo esto se ha hecho. En la situación de crisis y de falta de liquidez se han hecho muchas cosas.

—¿Es difícil vender estos resultados?
—Seguro. Para un político es mejor inaugurar un puente que una depuradora, pero ya le digo que es más necesario la segunda. Un hotel o un restaurante no puede poner el mismo precio del paquete turístico en una playa limpia que en una que hay vertidos. Nuestros empresarios han sabido salir de la crisis añadiendo más valor a su producto y, en cambio, la administración no comparecía. Tenemos grandes productos empresariales y turísticos en zonas que no han estado ordenadas urbanísticamente porque la administración nunca ha pensado en ello. Son estos desequilibrios los que se tienen que corregir.

—Pocos ciudadanos entienden que en pleno año 2015 de sus grifos salga agua salada o que todavía no haya radioterapia en Eivissa.
—El tema de la radioterapia creo que está bastante encaminado pero a veces somos propensos a alargar los debates y a dar pasos atrás. Y por eso se eternizan las soluciones. La cuestión de la radioterapia tiene una solución y se ha planteado en esta legislatura. En tema de aguas, la depuradora de Vila está en marcha, y crear incertidumbres y hacer carreras no nos conviene. Que no llegue uno y diga que en una semana ya ha solucionado la interconexión de las desaladoras, y que el otro, para pasarle por delante, diga que quiere un decreto ley de sequía, que el conseller le conteste que no puede hacerlo, o que al cabo de dos semanas diga que sí se puede hacer un borrador. Soy más partidario de que, como se hizo en el Consell d’Alcaldes, se pongan los datos encima de la mesa, se elabore un calendario y se digan qué problemas son los de solución inmediata y urgente. Con prudencia, luego no hará falta desdecirnos ni lamentar errores.

—¿Fue un error externalizar la radioterapia?
—No. El servicio es público y gratuito, otra cosa es su gestión. A veces hay servicios que se gestionan públicamente que no son garantía de nada, y le pongo un ejemplo: el Consorcio Sociosanitario.

—¿Cambiaría alguna de las decisiones que se tomaron desde el Govern?
—De las decisiones que se tomaron en conjunto no cambiaría casi ninguna. Nos escogieron en un momento de gravísima situación económica para sacar a la Comunitat de la crisis, y esto lo hemos conseguido. Es evidente que en el día a día cometimos errores y nos hubiera gustado ir más deprisa en algunas cosas, como en poder pagar a la gente. Sí que cambiaría actitudes, formas de enfrentar determinadas situaciones buscando más reposo en las decisiones.

—¿A qué actitudes se refiere? ¿A las del TIL, por ejemplo?
—Seguramente, pero en materia de trilingüismo ya nadie pone en duda la necesidad de que nuestros niños conozcan tres lenguas. Yo empecé a estudiar inglés en 3º de EGB, dos horas a la semana, y el inglés que sé no lo aprendí en el colegio. Creo que sería una buena idea ponerse en serio en esta cuestión. Otra cosa es cuándo lo hacemos, cuánto tiempo tardamos o la modulación de este proceso. Quizás lo podríamos haber modulado más. Son cosas que se analizan en un determinado momento, y hacerlo a posteriori es más fácil.

—Las primeras medidas del Govern han sido derogar la Ley de Símbolos y enterrar el TIL. ¿Qué le parece?
—Una de las características de los primeros días del Govern son las prisas, que provocan errores, como que se apruebe un proyecto de ley sin ningún informe de los que son preceptivos, como en la derogación de la Ley de Símbolos. O que se nombren altos cargos y se cesen a los pocos días. Conviene ser prudentes. El Govern tiene toda la legitimidad para tomar decisiones, pero cuando uno gobierna es diferente a cuando está en la oposición.

—Una de las medidas estrella del nuevo Govern es la tasa turística, que no gusta a los hoteleros y parece que no saben muy bien dónde se cobrará.
—Que esta tasa no se podía cobrar en puertos y aeropuertos lo sabía todo el mundo. Ahora no toca implantar nuevos impuestos ni subirlos, sino bajarlos para estimular el consumo.

—En el Consell d’Eivissa el PSOE se ha unido a Podemos para gobernar. ¿Cree que era lo que pedían los ibicencos?
—No. Creo que lo que demandaban los ibicencos, y es una interpretación mía, eran grandes acuerdos entre los dos grandes partidos políticos de nuestra isla, porque creo que hay áreas en las que se puede llegar a acuerdos. Y nosotros se lo ofrecimos.

—¿Ya tiene decidido su secretario general?
—No, lo hablaremos entre todos en los próximos días o semanas. Es lo primero que tenemos que hacer.

—¿Qué hará para unir a las dos familias del PP?
—No creo que haya dos familias. Hay 2.500 afiliados, gente que cree en unas ideas y valores. Esto es lo que hay. Lo otro es pasado.

—¿Cree que este enfrentamiento interno ha perjudicado al PP?
—Yo no lo he vivido así. El Partido Popular es un partido democrático y lo que no puede ser es que cuando hay un solo candidato en el congreso se diga que no hay democracia, y cuando hay dos se diga que esto es un guirigay o un gallinero. Los dirigentes son lo menos importantes, al final solo somos los altavoces.