Los agentes británicos se estrenaron en Sant Antoni con un caso de violencia de género. | Arguiñe Escadón

Para unos, «mucho ruido y pocas nueces» para otros «una experiencia muy positiva». La presencia del sargento Brett Williams y la agente Martina Anderson en las calles de Sant Antoni se hizo esperar pero tuvieron un estreno de «envergadura» la tarde del martes. En su primer servicio atendieron un caso de violencia de género, una agresión de un joven británico a su pareja. La agente Anderson se encargó de atender a la joven agredida mientras el sargento informaba de sus derechos al agresor detenido por los agentes de la Guardia Civil. Los ‘enlaces’ del Instituto Armado destacaron el buen «quehacer» de la agente Anderson durante la atención a la víctima. La colaboración entre los bobbies y sus ‘tutores’ españoles ha sido «muy estrecha y positiva», según apuntan desde la Guardia Civil.

Durante su estancia en Sant Antoni, la pareja de bobbies ha mantenido reuniones con las autoridades locales, con empresarios británicos y han patrullado por las zonas de más afluencia turística, aunque son muchas las voces que apuntan que «apenas se les ha visto por las calles».

Objetivos

El objetivo de esta iniciativa pionera era que el teniente Williams y la agente Anderson realizasen una «foto fija» de la situación. En este sentido, la Guardia Civil y la Embajada británica han mostrado su satisfacción por la experiencia. Por contra, en Sant Antoni son muchas las voces que insisten en que la experiencia o la idea «es buena» pero lo que necesitan es más seguridad en las calles.

Para concejala de Gobernación de Sant Antoni, Aída Alcaráz, la medida puede dar buenos resultados en el futuro siempre que se adopten algunos cambios. Así, desde el ayuntamiento reclaman que el número de agentes sea mayor y que estén presentes durante toda la temporada estival. En términos similares se pronunció el presidente de la Asociación del West End, Pep Colomar. «Todo lo que sea más seguridad es positivo pero ha sido una experiencia «muy testimonial», argumentó Colomar, quien hizo hincapié en que lo que «realmente hace falta es más agentes de la Guardia Civil». Además, subrayó el hecho de que «prácticamente no se les ha visto por el West y por la noche no patrullaban».

Motivo de chanza

El sargento Williams y la agente Anderson han patrullado junto un teniente y otros agentes de la Guardia Civil. Su labor era asistir y asesorar a aquellos compatriotas con algún problema. Este cometido ha sido muy criticado en las redes sociales donde han arreciado las críticas por la «escasa o nula visibilidad de los agentes por las calles de Sant Antoni».

Pero las críticas más corrosivas han llegado desde los medios de comunicación británicos, donde la pareja de bobbies ha sido motivo constante de bromas.

Así, la cadena de noticias BBC ha insistido durante estos dias en el «poco valor que están teniendo las actuaciones de los agentes». Críticas y descrédito que acompañan con la publicación de fotografías en las que se ve a los dos agentes bromeando con sus compatriotas y posando para selfies en una actitud difícil de ver con otros protagonistas. En muchas informaciones los caricaturizan como una atracción más de s’Arenal para los visitantes de Gran Bretaña.

Por una u otra cuestión, la presencia de los bobbies no ha pasado desapercibida y algunos recordarán que «parece que se han traído el tiempo de Londres. Con ellos llegó la lluvia».