Miguel Ángel Álvarez nos ha mostrado durante semanas las calas de Eivissa, algunas conocidas pero otras totalmente desconocidas para los ibicencos. Álvarez es el autor del libro «Todas las playas de Ibiza» y dice que se perdería en Porroig, Portinatx o Xarraca, pero nunca en es Racó de ses Fontanelles.

— Dígame, ¿la mejor cala de Eivissa?.

—En Ibiza hay 180 playas y calas y cada cual es diferente, por eso las intentamos agrupar en playas recomendadas para senderistas, parejas, familias, nudistas o urbanitas. Resulta muy difícil decidir cuál es la mejor. ¿La mejor para quién? ¿Para qué perfil de usuario? Al principio de la guía Todas las playas de Ibiza de Laluzenpapel hay una selección de las 10 mejores en función de cada uno de esos perfiles. Así resulta muy fácil dar con la que más encaja en tus gustos. Mis preferidas están dentro de una selección que yo llamo Sorpresas de autor. Mis 10 rincones favoritos. El Portitxol de sa Pega es una de ellas….

— ¿Y la peor?

—Para mí, personalmente, es la del Racó de ses Fontanelles, en la bahía de Sant Antoni. Lo único apetecible que hay allí es un restaurante.

— ¿No cree que la imagen que se traslada de Eivissa tiene que ver poco con la realidad?

—No me canso de repetirlo una y mil veces: que en esta isla tan de moda hay más noche que la que nos venden y más vacaciones que las que nos ofertan. Todos saben que es perfecta para vivir los días más largos de su vida, pero pocos me creen cuando afirmo, categóricamente, que se puede hacer sin necesidad de empacharse de música electrónica (ni de otro tipo de sustancias). Palabra. Porque Ibiza hay que saber degustarla de otras maneras. Y eso es lo que intento trasmitir en mi guía Todas las playas de Ibiza.

— ¿Qué diferencia a Eivissa de las otras islas de Balears?

—No tanto en el paisaje como en el carácter de los isleños. Eivissa es más abierta y cosmopolita. La gente que viene a vivirla lo hace con ganas más de integrarse que de colonizar. Aquí no solo se viene por la noche, el clima y las playas; hay algo más… algo único que solo se vive en Eivissa.

— ¿En qué cala suele perderse Miguel Ángel Álvarez?

—Adoro pasar mi tiempo en Porroig, Portinatx, Xarraca… Todavía nos quedan muchos rincones donde poder sentir la verdadera esencia isleña.

— ¿Ha notado una transformación negativa de nuestra costa?

—Publiqué mi primera guía de Ibiza en el año 2.000 y desde entonces han cambiado muchas cosas... La isla ya no es lo que era. Cada vez hay más ‘millonetis’ apropiándose de las porciones de nuestra costa más representativas y el turismo de masas está agotando nuestros recursos. Nos hemos vendido al mejor postor y eso conlleva pérdida de libertades, etc.

— ¿Se imagina sondeos petrolíferos cerca de la costa pitiusa?

—Ni me los imagino ni los deseo, ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo. En vez de seguir explotando combustibles fósiles mucho mejor nos vendría si se invirtiera en energías renovables. Está demostrado que son el sustituto, aunque no interesa que se sepa. Sin ninguna duda estoy totalmente en contra de cualquier tipo de sondeo petrolífero.

— ¿Cuál es la mayor satisfacción al realizar una guía de este tipo?

—Todos piensan que lo mejor de mi ‘trabajo’ es estar todo el día en la playa, disfrutando del mar y del aire libre, haciendo deportes y sintiéndose vivo, pero he descubierto que hay algo mucho mejor… Lo mejor de mi profesión es saber que hay miles de personas que están conociendo un nuevo lugar gracias a nosotros, que han tenido una nueva y maravillosa experiencia, algo para recordar… Que gracias a nuestro trabajo estamos haciendo feliz a mucha gente que atesora estos momentos en su álbum de recuerdos. Que hay miles de personas que han conocido el paraíso, que lo han compartido con quien más quieren (e incluso conmigo) y que han vuelto a sus casas con otra idea de Eivissa. Me ofende muchísimo que se hable mal de mi Eivissa cuando en realidad no se la conoce. Odio esos tópicos. Y sé que gracias a esta guía mucha gente está cambiando de idea y está dándole una nueva oportunidad. Que están redescubriendo el destino… Al destino y a sí mismos. Y eso, amigos míos, es lo mejor que te puede pasar en la vida. Que gracias a tu trabajo puedas mejorar la vida de la gente. Gracias –de veras– a todos los que me están dejando ser su anfitrión.