“Oh Dios mio, ¿qué es esto?”. Posiblemente esta fue la frase más repetida, en distintos idiomas, durante la celebración ayer por la tarde del día de Sant Bartomeu, patrón de Sant Antoni. Y es que este día es especial. Año tras año se juntan con acierto las tradiciones ibicencas, en forma de misa, procesión, ball pagès, bunyols, demonis i mals esperits, con los cientos de turistas que pueblan las calles de la localidad, de distinta edad y procedencia, y con más o menos ropa encima.

Puntualizaciones al margen y tras felicitar a todos los “Bartomeus” de la isla, recordar que aunque la mayor parte de las actividades comenzaron a las 19.30 horas con una misa en la iglesia de Sant Antoni, todo había empezado a las 08.00 horas con un torneo de petanca organizado por el club de Petanca de la localidad, una chocolatada popular y una fiesta infantil desde las 10.30 horas a cargo del payaso Piruleto.

Después, según fue cayendo el sol aunque no el calor llegó el momento de las tradiciones. Primero, misa, oficiada por el obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, y seguida desde las primeras filas del templo por una numerosa nómina de representantes políticos encabezada por el alcalde de Sant Antoni, Pep Tur, Cires, junto a sus homónimos de Sant Josep, Josep Marí Ribas, Agustinet, y de Santa Eulària, Vicent Marí, y entre los que destacó (a falta de dejarnos alguno), la exdefensora del pueblo, María Luisa Cava de Llano, el conseller balear Joan Boned, la parlamentaria socialista Pilar Costa, el exalcalde José Sala, el concejal del PI Juanjo Ferrer o el concejal de Reinicia Sant Antoni Raúl Díaz. Después, procesión, destacando las imágenes del santo, Sant Bartomeu, y la de la Virgen del Rocío, llevada por la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de Sant Antoni, y que discurrió por el carrer Ample, el passeig de ses Fonts, el carrer Bisbe Torres y el carrer del Roser seguida de medio centenar de fieles y autoridades y por las miradas de cientos de turistas curiosos, literalmente alucinados por lo que pasaba delante de ellos.

Lo mismo se repitió en el Passeig de Ses Fonts en torno a las 21.30 horas. Tras reponer fuerzas en la plaza de la Iglesia, Sa Colla de Can Bonet llevó a cabo un espectáculo de ball pagès ante medio centenar de personas sentadas en sillas de plástico junto al escenario, la mayoría mayores, y muchos turistas ansiosos por retratar el momento, sobre todo el baile de los balladors más pequeños de la colla. Después, y mientras al mismo tiempo se llevaba a cabo en el moll de la Ribera la actuación del grupo de sevillanas y canto rociero del grupo Sentimiento Rociero y de los alumnos de la escuela de Sara Lorente, a las 22.00 horas llegó la actuación de Ho Femme Fatale, con sus versiones de bandas míticas del rock. Fue el preludio de los correfocs dels Demonis y Mals Esperits d’Eivissa y del gran final de fiesta a modo de fuegos artificiales. En algo menos de 15 minutos se lanzaron 304 kilos de pólvora, más de un millar de tiros, y decenas de figuras de colores surcaron los cielos de Sant Antoni para hacer las delicias del numeroso público presente en los lugares más insospechados. Un fin de fiesta perfecto para despedir a Sant Bartolomé, Saint Bartholomew, Saint Barhélemy, Santo Batolomeo o Heilige Barthel hasta el año que viene.