El pescadero Epi Martín. Foto: D.M.

El consumidor que aprecia un buen pescado fresco es consciente de que el mejor género es el más fresco. Por ello, el más apreciado es el que procede de las capturas de las barcas locales, el que está formado por las variedades propias del entorno y que además pasa del mar a la mesa en apenas unas pocas horas.

En el Mercat des Clot Marès, en Sant Antoni, dos pescaderías gozan del prestigio que otorga nutrir sus puestos con género procedente de diversas embarcaciones pitiusas.

Por un lado, encontramos a Epifanio Martín, conocido como ‘Epi’, quien, tras años de experiencia con otros pescaderos, abrió su propia pescadería en Es Clot Marès en 1990, un comercio ya emblemático al que acuden numerosos clientes de Sant Antoni «e incluso de Ibiza y Sant Josep», apunta.

Recurre desde hace muchos años a los servicios del ‘Musón I’, una embarcación de Vila, para poder ofrecer a sus clientes rape, mero, serranos,sírvia, roges o ratjades, entre otras especies. «También nos sirven dos barcas de la zona de Alicante, que nos traen gambas, cigalas brótolas, cangrejos y pescadillas de hasta dos kilos, más grandes que las de aquí», detalla el pescadero.

Sin embargo, Epi admite que no puede abastecerse únicamente de pescado local, pues la clientela también demanda variedades que no se encuentran en las aguas pitiusas. «Tenemos lubina y dorada de Alicante (ambas a 12,90 euros/kilo) y marisco de Galicia, pero todo viene de la Península, excepto el salmón, que es de Noruega», comenta.

Asimismo, califica como «buena» la presente temporada de verano:«Tenemos una clientela muy fiel, tanto de residentes como de visitantes». Entre los últimos, destaca los españoles, especialmente de Valencia, Barcelona y País Vasco.

Respecto al género, señala que esta temporada «ha habido muy poco calamar, menos que otros años; dicen los pescadores que es porque el agua está más caliente y prefieren corrientes más frías».

También explica que un pescado clásico como la sardina se ha ido encareciendo en los últimos meses hasta casi duplicar su precio:«Antes valía la mitad que el boquerón y ahora a veces está incluso más caro, hasta los 15 euros/kilo», compara Epi. A su vez, advierte de que en pocos días, a final de agosto, empieza la veda de la langosta y, con la llegada de septiembre, termina la del raor: «Una cosa por la otra», razona el pescadero.

Por otro lado, también en el Mercat des Clot Marès, encontramos a los hermanos Toni y Juanjo Cardona. Ambos regentan la pescadería de Can Frit, que representa la tercera generación de una familia dedicada al mar. Según explican, su tío abuelo fue el primero de la familia en abrir una pescadería, un negocio que fue cambiando de ubicación hasta que echó sus raíces en este mercado de Sant Antoni en su apertura, hace ahora 30 años.

Parte del pescado de los hermanos ‘Frit’ procede de las barcas ‘Tanit’ y ‘Blasco’ y del llaüt ‘Mariner’, que les proveen de mero, gallo, sepia y otras variedades capturadas en las Pitiüses. Sin embargo, Toni comenta que «el pescado de las barcas no es suficiente, pues además de meros y gallos, que es lo que más piden los restaurantes, también debes quedarte con una cantidad de morralla y otras variedades a las que no podríamos darle salida».