Nizar Mouaffak sigue el día a día del conflicto sirio desde su casa de Jesús.

«Tras la primavera árabe llegó el invierno. Siria es el caballo del mundo árabe, cuando cae Siria, cae todo. Las grandes potencias deben implicarse porque si la solución la dejan en manos del pueblo sirio, el conflicto durará todo un siglo». Para Nizar Mouaffak la solución al drama de Siria pasa por un acuerdo de las grandes potencias. Un acuerdo que debe ser urgente. Siria se desangra y no se puede perder más tiempo. Nizar nació en Siria hace 67 años. Con 18 años abandonó su Alepo natal con destino España. Estudió Medicina. Hace 32 años llegó a Eivissa. Fue jefe de Urología en Can Misses. Desde su casa en Jesús sigue con tristeza e inquietud lo que pasa en Siria.

—¿Cómo vive el drama un sirio desde Eivissa?

—Muy mal. Con mucho nerviosismo y expectación. Soy un eivissenc con el corazón en Siria. Estoy observando permanentemente. Allí tengo hermanos, tíos y primos. El pueblo sirio está muy apegado a su tierra. Nadie quiere salir de allí. Por eso es muy difícil explicar cómo se ha llegado a este punto. Mi familia está en una zona segura de Alepo pero quizás ya no haya nada seguro en Siria.

—¿Dónde podría estar la salida al conflicto ?

—La respuesta está en manos de las grandes potencias. En Siria se da una encrucijada de intereses geoestratégicos. Rusia, Turquía, Estados Unidos, los países del Golfo... cada uno actúa desviando los objetivos y el que está pagando es el pueblo sirio.

—El precio es muy elevado: éxodo o vivir día a día con la muerte en los talones

—Es muy duro. Hay zonas completamente devastadas, los atentados son constantes, la inseguridad es brutal. Y a esa tragedia se une la huida obligatoria. Nadie quiere vivir fuera. Allí, si salen de su pueblo es porque no tienen alternativa. Ya hay cerca de 12 millones de sirios desplazados desde que empezó el conflicto. Cuatro millones han huido con su casa a cuestas a otros países, pero no podemos olvidarnos de los ocho millones que han tenido que desplazarse de una provincia a otra huyendo del terror. Parte de mi familia está allí, pero también repartida por Dubai, Jordania...

—¿Huida del terror que nos deja imágenes como la de Aylan Kurdi?

—Es una imagen de lo que está sufriendo el pueblo sirio. Ha servido para que Occidente ponga el foco, pero hay que tener en cuenta que hay miles y miles de niños sirios que han corrido la misma suerte. El mundo no puede mirar hacia otro lado durante más tiempo. Hay que actuar urgentemente.

—¿El terror de ISIS tiene freno?

—La amenaza de ISIS es demoledora. En Siria han convivido muchas etnias durante siglos, pero la influencia exterior ha convertido el país en un auténtico campo de batalla.

—¿La sociedad responde?

—La sociedad está respondiendo. En España la gente está comprometida y está dando una buena acogida al pueblo sirio. En Eivissa somos muy pocos, pero estamos muy comprometidos. Estamos en contacto con asociaciones, y las administraciones han mostrado una buena predisposición para atender a los refugiados.

—¿Y los gobiernos?

—Algunos están implicados en la respuesta a los refugiados, pero lo que urge es una implicación para poner fin al conflicto. Las grandes potencias deben ponerse de acuerdo y llevar la paz a Siria y, por extensión, a Oriente Próximo.

Desde mediados de 2011, la Guerra Civil en Siria se ha cobrado más de 220.000 muertes, según datos de Naciones Unidas.