El Grupo de Estudios de la Naturaleza (GEN-GOB Eivissa) mostró ayer su desconfianza hacia el nuevo impuesto turístico sostenible, cuyas cuotas y especificaciones fueron presentadas anteayer por el Govern balear. Para el portavoz de la entidad ecologista, Joan Carles Palerm, el nuevo tributo «no es una ecotasa» pues, en su opinión, «no es un impuesto que venga a compensar los efectos del turismo». Desde el GEN aseguran que el actual modelo turístico, que implica «el consumo del territorio», ha provocado «muchas deficiencias», tales como el mal funcionamiento de infraestructuras básicas como las depuradoras o las desaladoras. «Un impuesto turístico debería ir destinado, no a fomentar el turismo, a abrir nuevos mercados y a formar al personal, sino a compensar los efectos que tiene sobre la población. Tenemos que aguantar un estrés que no permite controlar las depuradoras, los fondeos, etc. Y lo que se recaude de este impuesto debería ir en su mayoría dedicado a conservar espacios, proteger el medioambiente y mejorar infraestructuras», sostiene Palerm.
El Govern, según explicó este miércoles, prevé recaudar anualmente entre 50 y 80 millones de euros, unos recursos que se destinarán a la protección, preservación y recuperación del medio natural, rural y marino; a la mejora de la calidad y la competitividad del sector turístico, el fomento de la desestacionalización, la creación de producto turístico y la promoción turística; el desarrollo de infraestructuras relacionadas con el turismo sostenible; la recuperación y rehabilitación del patrimonio histórico y cultural; el impulso a proyectos de investigación científica, desarrollo e innovación tecnológica (R+D+I) que contribuyan a la diversificación económica o relacionados con el ámbito turístico; y a la mejora de la formación y la calidad del empleo del sector turístico.
Aunque grupos ecologistas como el GEN podrán formar parte de la comisión encargada de evaluar los proyectos en los que se invertirán los recursos recaudados con el nuevo tributo, Palerm se mostró escéptico sobre los porcentajes que se dedicarán a cada una de estas seis líneas y reiteró su malestar por que una parte de la recaudación se emplee en «formar a personal o generar nuevas alternativas o infraestructuras relacionadas con el turismo». «Para eso ya están las consellerias de Turisme y la iniciativa privada. No creo que haga falta promocionar el turismo, porque aquí no es que venga poca gente... Por eso no terminamos de ver con buenos ojos este impuesto», añadió Palerm.
Además, desde el GEN recuerdan que, en lo que va de legislatura, todavía no se han derogado «ni una sola de las catastróficas leyes que sirvieron para alentar la especulación de Bauzá», y, en cambio, se implanta un nuevo impuesto a los turistas «que estará disfrazado de verde».