Algunos tesoros con sidecar en la sede del Club de la Moto Clàssica d’Eivissa i Formentera | DE

Una Harley Davidson Torpedo con sidecar del año 1922, es el ejemplar más antiguo del Club de la Moto Clàssica d’Eivissa i Formentera. Pintada de verde militar, esta joya de dos ruedas, es sólo una de las cerca de 600 motos propiedad de los 275 socios de este club pitiuso, que se constituyó en 1993.

En poco más de 20 años, el club ha tenido varias sedes, en Sant Antoni, Sant Jordi y Santa Eulària. Desde hace cerca de un año, los socios cuentan con un nuevo local, con contrato gratuito e indefinido, cedido por uno de los socios y que hace, a la vez, de aparcamiento para algunas de estas maravillas del motor, de taller y de lugar de reuniones y celebraciones.

Junto a la Harley, en el nuevo punto de encuentro localizado en la calle Ramón Llull de Santa Eulària, esperan a poner en marcha sus motores otros grandes clásicos. Una moto Guzzi Alce de los años 40 o una BMW R71 de 1938, las dos con sidecar, así como una Colomet M51, el primer modelo fabricado en España, del año ‘51.

El presidente del club, José Guasch, aseguró que «en Ibiza, en los años 50, el que tenia ‘duros’ se compraba una Colomet o una Guzzi de diferentes cubicajes, después llegaron las Bultaco... En ese momento no había ni BMW ni motos con sidecar, que se empezaron a ver en la isla cuando empezó la vena restauradora», aseguró al lado de una BMW R35 de la década de los 50.

El Club de la Moto Clàssica d’Eivissa i Formentera, que acepta motos de hasta el año ‘65 o ‘67 «dependiendo de las condiciones de la motocicleta, que valora un comité». Según Guasch, la intención es «no perder la esencia de moto clásica e histórica ya que, a partir del ‘67 aparecen motos japonesas y de motocross que ya pertenecerían a otros clubs».

Muchas de estas reliquias se obtienen en «ferias, páginas webs y revistas especializadas o se encuentran en algún almacén» y en la mayoría de los casos necesitan un proceso importante de restauración. La idea es que las motos funcionen para poder participar en la veintena de salidas y exposiciones que durante el año se organizan por los diferentes pueblos de Eivissa y Formentera.

El proceso de poner la moto a punto puede costar una media de unos 6.000 euros «si se trata de una moto normalita y lo haces por tu cuenta. Hay que arenar las piezas, sellar y pintar, cromar, rectificar el motor, pintura...» un procedimiento que es más o menos complicado dependiendo, entre otras cosas, de si puedes encontrar las piezas que se necesitan, «ya sean originales o réplicas».

Lo cierto es que también se pueden obtener motos clásicas ya restauradas y listas para salir a la carretera por unos 3.000 euros. «El valor de mercado de una moto ya restaurada puede ser más económico pero la gracia, normalmente, suele estar en realizar uno mismo el proceso de restauración, o con la ayuda de talleres colaboradores y de otros socios».

Vuelta a Formentera

El Club de la Moto Clàssica, con 22 años de historia, celebra el próximo 24 de octubre la, también clásica, XXII edición de la Vuelta a Formentera. Alrededor de 30 motos embarcarán hacia la menor de las Pitiüses para disfrutar de una jornada entre amigos, de motos y de fotografía. Desde hace dos ediciones, la Vuelta a Formentera se complementa con una gincana fotográfica en la que los ‘moteros’ deberán presentar varias instantáneas que muestren la esencia de Formentera y su cultura.

Además de esta cita ineludible, el Club de la Moto Clàssica d’Eivissa i Formentera, también celebra desde hace dos años la vuelta a Eivissa y participa en fiestas de pueblo, entre las que destacan, las festes de maig de Santa Eulària.