En marzo, con las elecciones a la vista, el gobierno de José Ramón Bauzá sacó adelante sin el respaldo de la oposición –desde las elecciones de junio al frente del Parlament– una ley de mecenazgo autonómica que, sin mucho júbilo, medio contentó al sector de la cultura balear. «Hasta ahora no teníamos nada», decían. Más de siete meses después de aquello, la norma no se aplica a falta de «un reglamento y su despliegue».

El director general de Cultura, Jaume Gomila, confirmó que el Govern trabaja en la mejora de la Ley de Mecenazgo por su «falta de contenidos», por «ser errática». En 2016, prevén llevarla de nuevo al Parlament y el sector opina que «la norma debe ser más ambiciosa».

Gomila apuntó que se están revisando las «numerosas» enmiendas que fueron presentadas a esta normativa.

Representantes del sector asistieron en marzo a la aprobación de la norma. Consultados ahora por la intención de revisarla aseguran: «Ya planteamos que era una ley de mínimos y ampliarla es lo deseable. Es una ley autonómica con poco calado, pero que cubría algún tipo de incentivo fiscal a falta de una ley estatal seria». El presidente de los gestores culturales profesionales de Balears, Miquel Martorell, añade que «lo que ayudaría al sector es aplicar lo que hay, confeccionando un reglamento con su despliegue, como lo han hecho en otras comunidades autónomas. Que no lo tenga nos perjudica porque no se aplica y es como si no existiera».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Productores, Jaume Rodríguez, cree que la ley «es más una declaración de principios», pero «no es práctica. No nos permite ser competitivos, especialmente con Canarias, donde se van todas las producciones por los beneficios que ofrece su régimen fiscal». La ley autonómica debería «ser más ambiciosa».