Los clientes siguen haciendo cola en las paradas de carne roja y embutidos ajenos a las conclusiones de la OMS que señalaban que estos productos eran cancerígenos. Foto: TONI ESCOBAR

«Algo tendremos que comer. Si no, nos moriríamos de hambre». Esta frase fue ayer la más escuchada en todas las paradas de carne roja y embutidos del Mercat Nou de Vila. Mientras tanto, los clientes continuaron haciendo cola en las carnicerías y charcuterías del mercado a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta semana saltaba la noticia. La OMS aseguraba que comer carne procesada, como las salchichas o el beicon, podía ocasionar cáncer de colon e incluía en este tipo de alimentos al jamón serrano y la carne roja. La advertencia era rotunda: comer 50 gramos diarios de carne procesada aumentaba un 18% el riesgo de desarrollar este tumor.

Joan Lluís Ferrá, presidente de la Asociación de Carniceros de la Pequeña y Media Empresa de Eivissa y Formentera (Pimeef), calificó de «alarma innecesaria» el revuelo levantado a raíz de la publicación de este polémico informe de la organización mundial. En su opinión, el mensaje lanzado debería haber sido otro. «Hay maneras y maneras de decirlo, con moderación se puede comer de todo», señaló.

Ferrá recalcó que la OMS haya rectificado después. En otro informe posterior, aclaró que no pedía a la gente que dejara de comer carne procesada pero sí indicaba que bajar el consumo de estos productos podía reducir el riesgo de cáncer colorrectal. A pesar de ello, el presidente de los carniceros pitiusos cree que «el daño ya está hecho» y que noticias como esta «no benefician al sector». «Cuando pasa esto siempre lo paga el ganadero. Si hay una bajada del consumo, esto repercutirá en los precios y los perjudicados serán de nuevo los mismos», explicó.

El comentario general en los puestos del Mercat Nou es que las noticias acerca de los alimentos potencialmente cancerígenos son «exageradas». «Cuando no es la carne, es el pescado que tiene mercurio o las frutas que tienen productos químicos», señaló el carnicero Guillermo Cárdenas, quien aseguró que la mayoría de los clientes no se ha mostrado preocupado por esta información. «De cada diez, solo uno pregunta», sentenció.

Carmen Díaz, una ama de casa de 83 años que hacía cola en la charcutería para comprar jamón, tildó de «tontería» la advertencia de la OMS. «Yo no voy a hacer caso, voy a seguir comiendo lo que le apetezca a mi cuerpo. Con 83 años no me ha pasado de nada y he comido de todo», explicó. Su marido, Amador Baena, opinaba lo mismo. «Si la carne la venden es porque está buena aunque, al final, todo se pone malo, hasta el aguardiente», señaló con sorna.

Amador está convencido. A estas alturas de su vida no va a hacerse vegeteriano diga lo que diga la organización de la salud. «Yo vegeteriano, para nada. Seguiré comiendo de jamón hacia arriba», añadió.