La noche del 31 de octubre, varios vecinos alertaron a la concejala de Jesús, Marilina Bonet, de que había un grupo de adolescentes tirando huevos a casas particulares y pintando con graffitis paredes del pueblo, como la fachada de la iglesia.

Se da la circunstancia de que el año pasado ocurrió algo similar, por lo que Bonet ya estaba al tanto. «Afortunadamente, y gracias a que hay cada vez más conciencia social de que estos actos los pagamos entre todos, esa noche me avisaron y me reuní con varios papás y mamás y fuimos a ‘patrullar’ por el pueblo; conseguimos localizar a los jóvenes. La idea era ponerme en contacto con los padres para que sus hijos viniesen a arreglar lo que habían hecho», explica la concejala de Jesús.

Bonet publicó en Facebook lo sucedido, hecho que alertó a varios padres y madres: «Recibí la llamada de la madre de uno de los chicos y la mujer, muy arrepentida y avergonzada me dijo que qué podía hacer. Y le comenté que mandara a su hijo y a quienes habían ido con él a pintar el martes la fachada y lo que habían ensuciado», asegura Bonet, quien precisa que el día que los citó acudieron 15 adolescentes a subsanar las pintadas que hicieron en Halloween. «Una vez con ellos aproveché para conocerlos, intentarles hacer ver que tienen que actuar en el pueblo de forma positiva, no negativa, y que haremos un Punt Jove para ellos y que necesitaba que me dieran ideas de cómo podría ser y qué podríamos hacer en este punto de encuentro juvenil; les di mi teléfono y mail para hacer cosas en positivo en Jesús. Creo que la experiencia ha sido positiva para ellos porque así toman conciencia».

La concejala de Jesús valora de manera positiva la actitud mostrada por los adolescentes y sus padres y señala que en todo momento tuvo claro que «si no hubiera habido esta reacción, me hubiera puesto en contacto con los padres para que asumieran algún tipo de sanción. No podemos tolerar que gastemos dinero en tener un pueblo cuidado y en condiciones, veamos que pasan estas cosas y callemos porque es nuestro vecino y tan malo es el que lo hace como el que calla», concluye.