Imagen de un descampado en el barrio de Can Misses, donde se han encontrado larvas de mosquito tigre. Foto: TONI ESCOBAR

Confirmando los peores presagios, el mosquito tigre ha llegado para quedarse. Según informaron desde el Ayuntamiento de Vila, este tipo de mosquito «está ya implantado en zonas de Sant Antoni y en Eivissa ciudad se han detectado ya larvas».

Por este motivo, la conselleria de Medi Ambient envió recientemente a los ayuntamientos un escrito donde se informa de la presencia de esta especie. En el caso de Vila, los barrios afectados son el de Ca n’Escandell-Can Misses, La Marina y la Avenida Vuit d’Agost.

Por recomendación del Consell, este escrito fue, a su vez, remitido a las diferentes comunidades de propietarios de dichos barrios y en él se dan una serie de consejos para combatir su presencia, ya que a diferencia del mosquito común, esta especie aparece en pequeños recintos de agua, como bebedores de agua de animales o zonas de pequeñas concentraciones de agua.

El documento, firmado por la concejala de Medi Ambient de Vila, Montserrat García Cuenca, informa que la presencia del mosquito tigre se encuentra en «un estadio muy inicial» y pide la colaboración de los vecinos y propietarios para evitar «su asentamiento definitivo». Con el objetivo de acabar con su presencia, se recomienda vaciar y poner a cubierto todos los objetos y contenedores en los que se pueda acumular agua como jarros, cubos, ceniceros, juguetes, platos de animales domésticos o platos de debajo de tiestos.

En los casos en que sea imprescindible tener algún tipo de recipiente de agua en el exterior, la circular sugiere mantenerlos tapados y, respecto a los bebederos de animales, pide que se renueve el agua que contienen dos veces por semana como mínimo.

El escrito hace especial hincapié en las albercas, safareigs o piscinas para que «el agua que contenga no se convierta en un foco de mosquitos». En este caso aconseja que, cuando estén vacías, se mantengan completamente secas.

También en los solares se pide tener especial cuidado con basuras, herramientas de trabajo y muebles abandonados para evitar posibles focos de cría.

El mosquito tigre, especie originario del sudeste de Asia, tiene una longitud de entre 5 y 10 milímetros y, a diferencia del común, ataca incluso durante las horas diurnas provocando una picadura muy molesta.

Está considerado una de las cien especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.

LA NOTA

De la Península a las calles de Vila

El mosquito tigre empezó a detectarse hace un año en Eivissa pero no fue hasta el pasado mes de julio cuando saltó la alarma. Los primeros ejemplares vinieron de la península y acabaron instalándose en el polígono de Montecristo, Puig d’en Valls i es Botafoch.

Los expertos hablaban en ese momento de una presencia en fase muy inicial. Sin embargo, también alertaban de la dificultad de localizar los focos, dado que se trata de un mosquito “urbano” que, a diferencia del común, cría en múltiples espacios por pequeños que sean.

En verano se repartieron trampas por todos los municipios de la isla pero, al parecer, la estrategia no ha tenido el éxito esperado.

Ahora, en pleno mes de noviembre, las abundantes lluvias y las altas temperaturas han resultado ser un atractivo para que los mosquitos tigre continúen en la isla.