El centro, que se encuentra en la calle Josep Riquer Llobet de Eivissa, se trata de una empresa de servicios de jardinería que tiene la peculiaridad de el 70% de los trabajadores tienen una discapacidad mental. «Estamos pendientes de las contrataciones. Hay un ayuntamiento y una empresa privada interesada», comentó ayer Antonela Greco, una trabajadora de Apfem. Augusta Mora, presidenta del colectivo, explicó que con este centro se trata de «ofrecer unos servicios de calidad y económicos; dar a nuestros trabajadores la posibilidad de que tengan una preparación y que consigan una independencia».
Greco precisó que en este centro de empleo «el tiempo de trabajo y la calidad es el mismo que en una empresa normal».
A través de este centro se creará una bolsa de trabajo. Contará con la ayuda del servicio de salud mental del Ibsalut y de inserción laboral del Consell para analizar el perfil de la persona indicado a la oferta de trabajo.
La jornada de ayer, la de clausura del evento, contó con la experiencia de otros proyectos similares, como los testimonios aportados por Guillem Ferrer, gerente de la Asociació Estel de Llevant de Mallorca; Pere Quetglàs, de la Fundacion Garrovet; y José Segundo Sánchez, director de Specialisterne, una empresa de informática para afectados de Asperger. Una jurista del Imas participó en las jornadas para explicar cómo se hacen las contrataciones. También se contó con el relato del familiar de un afectado que contó con la experiencia y de un usuario de salud mental.
La inserción al mundo laboral es uno de los hándicap que presenta el colectivo de discapacitados. Además de Apfem, que cuenta con un centenar de socios, Eivissa cuenta con otros dos centreros especiales de empleo para colectivos de discpacitados, el de Deixalles y de Aspanadif.
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