Simón Planells atendió a este rotativo en la cafetería de Ebusus, en el passeig de s’Alamera.

El PSOE ha escogido al joven economista Simón Planells Struse (Eivissa, 1987) para recuperar la voz de los socialistas pitiusos en el Senado. Sin haber cumplido los treinta, el currículum académico de este vecino de Sant Mateu impresiona: doctor en Economía por la Universitat de Barcelona (UB) con una mención internacional por la Universidad Estatal de Arizona, Máster en Economía en la especialidad de Economía Pública y Teoría de Juegos además de haber obtenido un premio extraordinario al licenciarse en Economía. Todos estos títulos no le han impedido echar una mano con el taxi familiar durante los últimos veranos.

—¿Por qué un joven con un doctorado quiere dedicarse a la política?
—Soy consciente de que si no hubiera sido por el estado del bienestar que disfrutamos no habría llegado donde estoy. Gracias a que me han pagado unos estudios, unas becas y me han permitido irme a Estados Unidos para mejorar mi inglés ahora puedo contribuir a la sociedad, con la que tengo una deuda que saldar. Y creo que la política es la herramienta para colaborar y que los jóvenes sigan teniendo las oportunidades que yo he tenido.

—¿Y por qué en el Partido Socialista?
—Sé que el PSOE ha cometido varios errores en los últimos años pero también soy consciente que todos los derechos que hemos adquirido en los últimos treinta años han sido firmados por los socialistas. Estoy seguro que después de la renovación en la cabeza del partido, con Pedro Sánchez como líder, volvemos a reflejar las ideas de progreso y solidaridad que teníamos en el pasado. Por esta razón considero que es el mejor partido hoy en día.

—Lleva poco tiempo en el partido pero ya forma parte de la ejecutiva y se presenta al Senado. ¿A quién le ha hecho la pelota?
—No considero que le haya hecho la pelota a nadie sino que he trabajado en la buena dirección, colaborando en todo sin pedir nada a cambio. Vicent Torres me pidió que fuera en la lista al Consell como número 5 pero finalmente no entré porque sólo obtuvimos cuatro consellers. También me ofrecieron ser director insular pero por motivos laborales no pude aceptarlo. Y ahora me propusieron ser senador pero al principio no lo veía claro: cuando a uno le hablan de un senador piensan en una persona que pinta canas y lleva una dilatada trayectoria en política. Me lo pensé bien un par de noches y me dije que a lo mejor era una buena oportunidad para representar a mis islas en Madrid. En una situación histórica como la de ahora, muy atractiva para un político, a lo mejor es ideal meterse en este berenjenal.

—Usted todavía no ha ocupado ningún cargo público. ¿Piensa que puede ser un hándicap?
—Sí. La persona ideal sería una persona formada, con experiencia, ilusión y ganas. Estas dos últimas cosas deberían ser totalmente necesarias, y si después tiene formación y experiencia sería un candidato de diez. Yo, por mi edad, no tengo experiencia y claro que será un hándicap, pero tengo una alta capacidad de dedicación, diálogo y de presentar ideas de forma objetiva.

—Si finalmente los ciudadanos le eligen como senador, ¿qué cree que puede aportar?
—Pienso que puedo aportar la voz de todos los ibicencos y formenterenses en Madrid. Creo que se llevarán a cabo reformas profundas en España que incorporen un estado federal. ¿Qué significa esto? Que se dará más autonomía a los territorios. Quiero poner la voz de Eivissa y Formentera y que Sofía [Hernanz] ponga en el Congreso la de los baleares. Considero que en los últimos años hemos sido maltratados financieramente y esto ha repercutido en nuestro bienestar. Nuestra renta per cápita ha bajado con respecto a otras comunidades autónomas. Esto no puede continuar así, y una persona sensata y con la formación de Pedro Sánchez lo sabe.

—Con el PSOE en el gobierno el país entró en la crisis y ahora parece que empieza a remontar. ¿Por qué la gente tiene que volver a confiar en los socialistas?
—Creo que el de los socialistas es un proyecto de progreso y solidaridad. Tenemos claro que hicimos cosas mal, como modificar la Constitución para poner un límite de déficit pero no para blindar el estado del bienestar. Asumimos los errores y por esto renovamos el partido. Las ideas son las mismas: queremos que la gente tenga igualdad de oportunidades garantizando la sanidad y la educación pública. En esto último sabemos que no estamos bien porque los resultados educativos en España son de los peores de la OCDE. Hay que llegar al consenso para que los niños no sufran cambios cada cuatro u ochos años. Económicamente, hay que devolverles los derechos a los trabajadores. En los últimos años han bajado los salarios nominales y éstos perjudica al consumo y al bienestar de las personas. Hay que formalizar un nuevo estatuto de los trabajadores y derogar la reforma laboral que ha eliminado la capacidad de negociación de los trabajadores. Y en cuanto a modelo territorial, creo que los residentes en las Illes Balears tienen muchos incentivos para votar al PSOE porque queremos un nuevo sistema de financiación de las comunidades autónomas que cumpla el principio de ordinalidad. Es decir, como Balears es la que más recursos por cápita aporta al Estado también seremos la que más recursos reciba por habitante si se aplica este principio. Esto supondría que el presupuesto de la Comunitat podría aumentar en 800 o 1.000 millones de euros cada año. Esto sería muy positivo para todos los residentes.

—La semana pasada anunciaron medidas concretas. Una era la tarifa plana de 30 euros por vuelos interislas. ¿Se subvencionará a las aerolíneas para que den este servicio?
—La verdad es que técnicamente no sé cómo se llevará a cabo. Si se lleva esta propuesta es que hay una vía técnica para hacerlo. Subvencionar a las aerolíneas no creo que sea la manera porque Europa no nos dejaría, lo veo difícil. Tiene que haber otras vías: bien mediante el Régimen Especial de Balears (REB) u otra vía.

—También hablaron de la universalización de la educación hasta los 18 años y entiendo que esto supondrá más gasto. ¿De dónde se sacará el dinero?
—El problema en España no está tanto en el gasto sino en los ingresos. Tenemos un sistema fiscal que tiene un mercado negro muy grande, de hecho, el déficit público del Estado se podría eliminar si no hubiese este mercado negro; y no está adaptado a los nuevos tiempos. Por ejemplo, en el IRPF no pagan más los que más tienen; o el Impuesto de Sociedades tiene un tipo impositivo nominal muy diferente al real. Esto quiere decir que las empresas pagan mucho menos de lo que tendrían que hacerlo. Ahora la presión fiscal está recayendo sobre las personas y las rendas del capital –lo que pagan las empresas– es igual o menor de lo que pagan las personas. Esto repercute negativamente sobre el consumo y sobre los ingresos.

—¿No hay peligro de que si se aumenta los impuestos a los que más cobran y a las empresas éstas dejen de invertir, aumente el fraude fiscal y se pare la economía?
—Toda esta reforma tiene que ir acompañada de un sistema de inspección muy alto. Se necesitan más inspectores de Hacienda porque tenemos un nivel de inspectores por habitante muy menor que en Europa. ¿Hay peligro de que las empresas no inviertan? No, redistribuir la riqueza también es una fuente de crecimiento económico. Una economía en la que los ricos ganan mucho y los pobres poco, esta economía no crece. En una donde los ricos ganan y los trabajadores también, crece mucho más.

—¿Quedará dinero para aumentar la financiación para Balears?
—Mi prioridad es que cambie el sistema de financiación de las comunidades autónomas e introducir un Régimen Especial de Balears. Son nuestros dos principales problemas y condiciones necesarias para gobernar este país. Los problemas que tenemos en Cataluña se deben, en parte, a que está aumentanto su deuda porque no recibe financiación suficiente. Y no es porque sus ciudadanos no paguen impuestos, sí que los pagan, igual que en Balears. Los baleares no entienden que pagando tantos impuestos sus hijos estudien en barracas o para operarse se tarde cuatro o cinco meses. Tenemos que modificar estas cosas, si no este país será ingobernable.

—¿Qué le parece la propuesta de Podemos de ofrecer un salario universal?
—Hay que ser realistas. Poner una paga de mil euros –por decir una cifra– desincentivaría a mucha gente que trabaja en trabajos que no les gustan. Hay que ir con mucho cuidado con las medidas de regalar dinero sin nada a cambio. Hay que introducir una renta mínima de inserción pero ligada a la formación y a la inserción laboral.

—¿Qué tienen pensado para Formentera?
—Formentera tiene una demanda histórica, que es tener un senador propio. Creo que ahora es el momento idóneo porque vamos a reformar la Constitución. Otra es que durante el invierno no se elimine la conexión con la península y la protección de su isla.