Un grupo de trabajadores de la residencia asistida de Cas Serres protagonizaron ayer una protesta por el futuro de la residencia y reclamaron tiempo para formación. El representante sindical de la FSP de UGT, Juan Luis Nuñez, aseguró que las movilizaciones se deben “a la falta de voluntad negociadora demostrada por la Corporación”, ya que aseguran que se les niega al personal turnos de tiempo retribuido de formación que sí se ha otorgado al resto de trabajadores.

Respecto al futuro de la residencia, Nuñez expresó su “preocupación e incertidumbre” ya que antes de 2018 dejará de ser hospital, “es una competencia impropia y mal dotada económicamente” en el antiguo hospital Can Misses. De hecho, se pregunta qué pasará “con los pacientes que lleva cuidando la institución desde hace más de 30 años”, y si “recibirán los mismos cuidados al dejar de ser hospital y quitar la atención médica de 24 horas”.

La consellera de Interior, Marta Díaz, se mostró sorprendida por los motivos de la protesta. “No pueden decir que no hemos negociado, me he reunido entre siete u ocho veces con UGT siempre con el tema de personal”. Recordó, además, que han hecho un incremento de plantilla, “que nunca se ha hecho, estamos apoyando plantillas y fomentando formación”. Recordó que los trabajadores “tienen media hora de cortesía; me he quedado alucinando, ahora resulta que no he negociado”. De hecho, aseguró que contactará con el secretario general de UGT para quejarse: “Que nos acusen a nosotros de no negociar me parece muy fuerte”. Asegura Díaz que los trabajadores ya tienen esa media hora, “quince minutos entran más tarde y salen quince minutos antes; no se les puede compensar y ahora resulta que no negociamos”. Respecto al futuro de la residencia, la consellera recordó que en 2018 la parte sanitaria se la quedará el Govern “y pasarán a formar parte de la plantilla del Govern”.