Distintos detalles de esta obra, árbol de Navidad, que es una llamada a la convivencia, la concordia y la solidaridad entre los pueblos. | Toni Escobar

La Escola d’Arts i Oficis ha creado un árbol de Navidad original y repleto de arte para que se pueda contemplar desde esta misma tarde en el Mercat Vell del barrio de la Marina de Eivissa.

Según su principal impulsor, el director de la escuela, Miguel Martínez, se trata de un árbol de más de diez metros de altura construído fundamentalmente con estructura metálica, tela de ocultación de las obras de color verde, tul y cuerdas blancas, y que pretende ser un llamamiento a la concordia, la convivencia, la unión entre los pueblos y la solidaridad, «todos ellos valores que tienen que unirnos a todas las personas del mundo después de los momentos tan complicados que estamos viviendo».

Concretamente, todos los elementos que forman parte de este árbol han sido elegidos y colocados para potenciar la idea de unión entre las personas. Por ejemplo, en la construcción llama principalmente la atención unas manos pintadas con espray blanco y de distintos tamaños que simulan las que han ido apareciendo a lo largo de los siglos en el arte rupestre de medio mundo. Su presencia tiene el objetivo, según Martínez, de «reforzar el sentido de pertinencia a un grupo, de unión entre los individuos que lo componen y de llamar la atención sobre las fuerzas telúricas que las envuelven».

Además, sorprende gratamente la presencia en la estructura de tela de tul envolviendo el árbol y con la que el director de l’Escola d’Arts ha querido plasmar «el discurrir de la vida que fluye entre todos los seres humanos». Precisamente este tul está unido por cuerdas ligadas como si fueran eslabones, «símbolo de la cadena humana y de unidad entre las personas», ya que además las propias cuerdas también han sido confeccionadas previamente «enlanzando fibras muy pequeñas para acabar formando una única pieza, resistente y perdurable».

Finalmente y en la parte superior del árbol luce una estrella igualmente original. No es la clásica que estamos acostumbrados a ver sino que para esta ocasión los creadores de la escuela han decidido apostar por una pequeña escultura «en forma de eslabones que al mismo tiempo están ligadas en distintas partes con distintas cadenas».

Dividido en cinco piezas

Todo ello compuesto en cinco piezas individuales que apenas han tenido una inversión de 300 euros y que se han construído en apenas 25 horas de trabajo intensivo. Luego, todas ellas se montarán en el que serán su lugar de descanso durante todas estas fiestas como si fuera un particular mecano. «Después de nuestra primera experiencia del año pasado, cuando tuvimos algún que otro problema con el árbol que montamos en el Parque de la Paz, en esta ocasión hemos decidido construir el árbol aquí en la escuela, más tranquilamente y con todo a nuestro alcance, para para que luego cada una de las piezas sean montandas de forma más sencilla en el Mercat Vell», concluyó Miguel Martínez.