‘Mallorquins, menorquins i eivissencs a les Exposicions internacionals, nacionals i locals (1827-1929)’. Bajo ese título, la catedrática de Geografía e Historia, Apolonia Nadal Mut (Bunyola, 1952), ha desarrollado una interesante tesis doctoral, en la que ha invertido cinco años de investigación e intenso trabajo, para estudiar la participación que tuvieron nuestras islas en las diferentes exposiciones internacionales, estatales y locales que se sucedieron durante el período de 1827 a 1929.

Abriendo fronteras

En este sentido, Apolonia Nadal, cuya tesis doctoral ha sido dirigida por Isabel Moll Blanes, catedrática emérita de Historia y Arte de la UIB, explica que «a lo largo del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX las exposiciones de productos agrícolas, artesanos e industriales constituyeron un verdadero fenómeno. Había una auténtica fiebre por organizarlas, tanto en el ámbito internacional como nacional y regional. Así, se constata que en las primeras muestras universales los expositores isleños fueron en su mayoría terratenientes, señores y también burgueses propietarios de tierras, de profesiones liberales, comerciantes e industriales».

En lo que respecta a Eivissa, a las exposiciones analizadas durante dicho período, «se realizaron envíos de productos agrícolas (trigo, almendras, algarrobas, algodón, maíz, hortalizas, pistachos, naranjas); sal, herramientas del campo y utensilios metálicos, piezas de ebanistería, productos químicos, minerales, yeso, joyas, corteza de pino en polvo, baldosas, licores y refrescos, conservas, alpargatas, jabón, medias y calcetines, colecciones de prensa, folletos y fotografías. Por su parte, Formentera estuvo presente muy pocas veces y con pocos productos, aunque se han registrado licores, tejidos e hilados a mano, pescado seco, queso y algunos productos agrícolas como cereales, almendras y tubérculos», añade la autora.

Nombres ilustres

Por su participación en las primeras etapas destacan cuatro personas: José Sorá Tur, Joan Torres Bonet, Edmund Wallis y Joan Tur i Llaneres. A este respecto, Apolonia Nadal establece que «se pone de relieve que el objetivo de su participación en las exposiciones era encontrar más salidas en el comercio internacional, al que ya de hecho manifiestan, en el caso de las almendras, estar dedicados».

Así, en el trabajo de Apolonia Nadal se constata que «Josep Sorà Tur acudió a las Exposiciones Universales de Londres de 1862 y París de 1867, a las que llevó trigo pinyonero y almendras de la variedad mollar. Joan Torres Bonet llevó algodón en rama a la de Palma de 1860. Joan Tur i Llaneres asistió a la de Viena de 1873, donde presentó almendras, aceite de oliva y algodón refinado».

«La familia Wallis, con el nombre de Wallis y Cía, encabezada por Edmund Wallis, destaca por su intensa participación en diferentes exposiciones. Entre ellas, la Universal de París de 1867, en la que presentó algodón refinado. En la de Filadelfia de 1876 presentó cuatro variedades de almendras: fites, canyes, imperials i bec de corb. Edmund Wallis i Valls, fue vicecónsul de Francia en Eivissa desde 1836 y 1881, formaba parte de una familia de ricos comerciantes y propietarios, de la que diferentes miembros, a lo largo de tres generaciones, fueron agentes consulares de diferentes naciones», indicó la investigadora.

Otro caso llamativo es el de las Salinas de Sant Josep que, a través de su administrador Joan Sureda y Villalonga, participó en las Exposiciones Universales de Viena de 1873, en la de Filadelfia de 1876 y en la de París de 1878, donde recibió una medalla de bronce, la única otorgada a la sal de todo el Estado Español. En la Universal de Barcelona de 1888 la sociedad Salinas de Ibiza S.A, ya presentaba sal en sacos, cajas, barriles y paquetes.

Tiempo de cambios

En épocas posteriores, Bartomeu de Rosselló i Tur, director, de El Correo de Ibiza, fue el principal impulsor de la participación de los ibicencos y formenterenses en las exposiciones celebradas en Palma de Mallorca a principios del siglo XX: la de 1903 y la del 1910, donde él también participó con productos del campo y varios folletos, como ‘Luz y agua’, donde se impulsaba la creación de los servicios de luz y agua para la ciudad, colecciones de periódicos y diversos trabajos.
Asimismo, aparecen también distinguidos representantes de economía y de la sociedad ibicenca como el empresario Abel Matutes Torres; industriales y comerciantes como Gaspar Moner, Josep Sorá Tur, Joan Torres Bonet, Federico Lavilla (principal accionista de las minas de plomo de s’ Argentera de Sant Carles), Pere Marí Marí, Josep Bonet Planells, Bartomeu Ramón Capmany, los herederos de F. Tarrés Espinal, Jaume Marí Marí, Pere Oliver, Francisco Vilàs Abraham, Marí Mayans o Guillem Bauçà Crespí, entre otros.

En su tesis doctoral Apolonia Nadal también destaca «la participación de las mujeres isleñas en dichas exposiciones. Mujeres que participaron con productos del campo, como propietarias de tierras y mujeres de la burguesía industrial, en su mayor parte viudas, titulares de empresas que enviaban muestras. Pero también bordadoras profesionales que, con nombre propio, obtuvieron premios y reconocimientos importantes».