La carpa de Can Bonet estaba repleta de padres, familiares y amigos que siguieron las evoluciones de los pequeños sobre el escenario.

Muchos nervios y algunos lloros se pudieron ver ayer en la carpa situada detrás de la capilla del barrio de Can Bonet de Sant Antoni, donde el colegio de este barrio celebró ayer la fiesta de Navidad, justo antes de coger vacaciones.

Al medio día se subieron al escenario los de Educación Infantil para cantar Rodolfo el Reno y Ding-Ding y los nervios estuvieron a flor de piel. Los niños lo querían hacer bien y, los padres, emocionados, observaban a sus hijos con el corazón en un puño. Hubo algún pequeño que incluso, al verse ante tanta gente, profirió en lloros y a punto estuvo de abandonar el escenario. Afortunadamente los profesores y algún padre les persuadieron de ello animándoles a que cantaran.

Después de los más pequeños subieron los niños y niñas de Educación Primaria con todo un repertorio de canciones que fueron desde algunos villancicos populares hasta la canción Feliz Navidad de Bonnie M, o I will folow him de la película de cine Sister Act. Para finalizar fueron los de la ESO quienes, de mano de Marta Marí y Esther Prats, cantaron Baile Navideño, para dejar paso a sus compañeros que finalizaron el acto con En Navidad.

También la Asociación de Padres de Alumnos del colegio Can Bonet participó en el acto, vendiendo dulces y colocando un bar donde los asistentes a la fiesta podían comprar comida o quitarse la sed.

La mayoría de los asistentes al acto fueron padres o familiares, que disfrutaron viendo a los niños. Como Manolo quien contó a este periódico que «es una iniciativa muy buena para los padres porque nos gusta ver a los niños así, sobre todo cuando son muy pequeños, y la prueba es que está medio Ses Paisses aquí».

La semana pasada

El viernes pasado los niños de Educación Secundaria ya habían representado una obra de teatro dirigida por la directora del centro Pilar Brea, con el fin de recaudar fondos para el viaje de estudios. Igual que ayer, a dicha obra asistió gran número de público que llenó también la carpa, pagando un precio simbólico de dos euros.

Con estas dos fiestas comenzaban las vacaciones de Navidad, y de esta manera, hasta después de Reyes Magos, los niños no volverán al colegio.