Representantes del Consell y el Ayuntamiento de Sant Josep, ayer, en el conjunto hidráulico del Pou des Carbó. | DE

La época de mayor «esplendor» del Pou des Carbó fue durante la revolución industrial, cuando la industria salinera vivía su época de mayor auge. El pozo suministraba agua a las calderas de vapor del ferrocarril, que transportaba la sal desde los estanques hasta el cargador de sa Canal. No obstante, la primera referencia que se tiene de este pozo data de 1765. «El pozo es muy profundo y puede que incluso sea anterior, pero se tiene que seguir investigando», apuntó ayer el arqueólogo Pep Torres, director de la empresa Antiquarium, encargada de llevar a cabo la reciente restauración de este bien patrimonial, situado en ses Salines.

El primer teniente de alcalde de Sant Josep, Albert Marí, y el conseller de Cultura i Patrimoni, David Ribas, presentaron ayer el resultado de los trabajos que se han llevado a cabo «en un tiempo récord» de un mes y medio en el conjunto hidráulico del Pou des Carbó. La restauración ha sido posible gracias al convenio de colaboración firmado entre ambas instituciones, con el que el Consell subvenciona el 50% del proyecto que asciende a unos 60.000 euros. La partida, además, también contempla la restauración del Forn d’encrità de Can Païsses, para el que se ha destinado alrededor de 4.000 euros.

El conjunto está formado por el pozo, una pica, el safareig y dos sèquies. Según detalló Torres, el pozo estaba en «muy malas condiciones y la capella tenía fisuras muy profundas que amenazaban su integridad». «Incluso podría haberse caído», apuntó el arqueólogo, quien explicó que, no obstante, «aún conservaba detalles que permitía ver como era originalmente». Entre una de las características es su color rojo, que pudieron atestiguar porque quedaban restos de su revestimiento. Por otra parte, destacó el «gran resultado» obtenido con la pica, que «estaba partida por la mitad».

El proyecto también contemplaba la rehabilitación del entorno y para ello se han restaurado las paredes de piedra y se ha retirado la vegetación, eliminando las plantas invasoras, como la pitrera, a petición del Parc Natural de ses Salines. En la nueva explanada, que tiene además la función de faja contraincendios, se han plantado algunas especies autóctonas, como el romero.

El pozo sigue funcionando y abastece a una casa particular y un restaurante, aunque ahora las mangueras y cables han quedado totalmente soterrados.

En los trabajos ha participado un equipo formado por tres técnicos, una restauradora, dos arqueólogos y ocho operarios. Según destacó Torres, lo más complicado de la restauración ha sido el estado de «abandono» del pozo, ya que el terreno estaba «impracticable», así como el poco tiempo que han tenido para hacerlo.

‘Apadrina Patrimoni’

La inauguración oficial se hará el próximo 10 de enero a las 12 horas con una ‘ballada de pou’ a cargo del grupo folclórico de Sant Jordi, promotor de esta restauración.

Aparte, el conseller David Ribas anunció que el Consell recuperará de cara al año que viene el plan de subvenciones ‘Apadrina patrimoni’, con una partida de 75.000 euros que tiene como objetivo «animar a las asociaciones a formar parte del trabajo de recuperación y difusión de nuestro patrimonio».