La colla de Sant Jordi fue la encargada de inaugurar este bien patrimonial ya que, precisamente, ellos propusieron su restauración. | Marta Baena

No podía ser de otra forma, la obra del Pou des Carbó se inauguró ayer con una ballada pagesa a cargo de la colla de Sant Jordi, el grupo folklórico que propuso a la restauración de este bien patrimonial que data del siglo XVIII, aunque llevaba sin actividad más de 60 años. «Fue una iniciativa que ellos nos plantearon para que se recuperara este enclave», comentó Paquita Ribas, segunda teniente de alcalde de Sant Josep.

De esta manera, el grupo de ball pagès acaparó toda la atención de los asistentes con su baile tradicional, lo que supuso una mirada atrás en el tiempo, pues ya antiguamente se solía reunir la gente del pueblo alrededor de pozos en verano para bailar, al ser el lugar más fresco. Así, volvió a establecerse un vínculo entre el pasado y el presente. «Me emociona ver la llegada de los balladors a un lugar que se ha recuperado y es inevitable pensar en que hace muchos años eran habituales estos días de fiesta cuando los grupos se reunían para pasarlo bien», comentó el alcalde del municipio, Josep Marí Ribas, ‘Agustinet.

Por su parte, el presidente de la colla de Sant Jordi, Joan Cardona, indicaba la ilusión del grupo por ver terminado un proyecto que iniciaron ellos mismos en la pasada legislatura ante el que ya podían citarse una vez al año como punto de celebración. «Aunque la fecha aún no está señalada vendremos a finales de mayo o principios de junio cada año para bailar, como se hace en otros pozos alrededor de la isla». Añadía también que en próximas ocasiones bailaría el grupo al completo, a pesar de que en la inauguración no estaban todos, por eso, no tuvieron problemas los propios invitados en sumarse al baile, entre ellos, el propio Agustinet y la concejala de Patrimoni, Helena Benlloch.

Proyecto

Durante los discursos se recordó que fue un proyecto ya iniciado por el anterior equipo de gobierno y que el actual Ayuntamiento retomó cuando llegó al poder. «Nos encontramos con un proyecto sobre la mesa y a partir de ahí tuvimos que buscar la financiación, contando con el Consell y aprovechando unos fondos de rehabilitación de patrimonio que teníamos que emplear antes de que finalizara el año», explicó Benlloch.

Por eso han trabajado a contra reloj para terminar un proyecto que debía finalizarse antes de 15 de diciembre y que, por fin, han podido presentar. No podían, por tanto, faltar los agradecimientos a todas las personas implicadas, entre ellos la empresa de arqueólogos e historiadores Antiquarium que, bajo el mando de su director Pep Torres, ejecutaron el trabajo en apenas un mes. «En nombre del Consell d’Eivissa manifestamos nuestra satisfacción por haber podido inaugurar unas obras como estas que nos permiten recuperar un poco el contacto con nuestros orígenes», resumía Pepa Marí, Consellera de Mobilitat i Territori.