Durante la mañana de ayer, el tradicional mercado de Sant Joan de los domingos rindió un homenaje musical a la figura de Toni ‘El Mahonés’. | Arguiñe Escandón

El mercadillo de Sant Joan se volcó ayer para homenajear a la figura del recordado Toni El Mahonés, tristemente fallecido hace unas semanas. Una persona añorada y apreciada por muchas de las personas presentes en una jornada festiva organizada en su memoria.

Los armoniosos acordes del músico y cantante Didac Ruiz y de la banda rockera Los Frigolos, sirvieron de nexo de unión de un evento en el que se quiso recordar a Toni El Mahonés con alegría. «La idea es hacer este pequeño homenaje musical para recordar a Toni. El mercadillo de Sant Joan quiere mostrarle su agradecimiento por ser la persona que fue. Siempre fue una luz y una fuente de sabiduría en este mercado y, por eso, le recordaremos siempre», explicó Saigo Dicenta, uno de los impulsores del acto junto a Andrea Gadret, compañera de Toni El Mahonés durante sus últimos cinco años.

«Toni era una persona muy vinculada con la historia y las tradiciones de Eivissa. Era muy querido en todas partes, especialmente, en Santa Agnès, donde llevaba el Museo Etnográfico. Estaba muy implicado con los productos naturales que elaboraba y con todas las costumbres de aquí. Ha dejado una huella muy profunda y siempre es bonito recordarle con cariño», reconoció Andrea Gadret.

Por su parte, Ricky Lee, vocalista y rítmica del grupo Los Frígolos, recordó que el nombre del grupo «surgió después de habernos bebido una botella de frígola una noche en su casa. Por entonces, estábamos buscando un nombre para la banda y surgió allí precisamente. Toni era una persona digna de mención. Fue un tío que era todo felicidad y buen humor. Es un honor para nosotros tocar aquí con él presente en nuestros recuerdos porque teníamos una gran relación». Y más aún, indicó Lee, por eso «estamos estudiando sacar una canción dedicada a él».

Didac Ruiz, percusionista y cantante que abrió con sus sones y ritmos étnicos la velada musical, comentó que «le conocí una vez que toque aquí y enseguida vi que Toni era una persona especial. Me preguntó que de qué estaba hecho el instrumento que llevaba, un kamele n’goni, de Mali. Le dije que de un tipo de calabaza africana y que, curiosamente, tenía algunas semillas. Me las plantó y consiguió sacar las calabazas para hacer algunos de estos instrumentos durante los últimos cuatro años. Me tomo este concierto como una pequeña ceremonia personal para despedir su espíritu con mi música. Creo que Toni era una persona que regalaba sabiduría por donde quiera que iba y que desprendía mucha energía positiva». Aunque ya no esté, Toni el Mahonés seguirá siendo recordado con cariño por mucha gente que le apreciaba como se demostró ayer en Sant Joan.