David Bowie, durante un concierto. | DOROTHEA MUELLER

El legendario músico británico David Bowie, autor de clásicos como Starman y Space Oddity, falleció la madrugada del domingo a los 69 años a causa de un cáncer, según se informó en su página de Facebook. El artista, que popularizó el glam rock en los 70 y 80, murió «serenamente, rodeado de su familia, tras una valiente batalla de 18 meses contra el cáncer». El cantante y multiinstrumentalista, conocido por su imagen andrógina y enigmática, lanzó al mercado su último disco el pasado viernes –que ya apunta al número uno mundial–, coincidiendo con su cumpleaños.

El camaleónico artista conjugó magistralmente talento, gancho comercial y ambigüedad para influir a generaciones de artistas con un inigualable estilo que jamás dejó de reinventar. Provocador, enigmático e innovador, el británico construyó una de las carreras más veneradas e imitadas de la caprichosa industria del espectáculo, que le aupó en vida al pedestal de las leyendas de la música. La influencia de Bowie, que ha vendido aproximadamente 136 millones de discos en todo el mundo, se detecta en artistas de todo tipo, como Marilyn Manson, Boy George o Groove Armada.

Referente imprescindible de la cultura glam y un virtuoso en la puesta en escena, entre sus múltiples habilidades destacaron sus facetas como actor, productor discográfico o arreglista, pero también fue venerado como icono de la moda por su tendencia a provocar con sus atuendos y a jugar con su imagen. Durante los 70, la profundidad intelectual de su trabajo, su particular voz y la originalidad de la que impregnaba a todos sus proyectos le convirtió en uno de los maestros del glam rock.

Autor de elogiados álbumes como Heroes (1977), Lodger (1979) o Scary Monsters (1980), el artista de Brixton (Londres), afincado en Nueva York durante años, llegó a lo más alto de esta industria el 6 de junio de 1972 con The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spider From Mars. Ese venerado disco relata la inverosímil historia del personaje Ziggy Stardust, un extraterrestre bisexual y andrógino reconvertido a estrella del rock. Pero ese excéntrico personaje fue tan solo una de las muchas y variopintas personalidades que adoptó a lo largo de su carrera, como los otros alter ego de su cosecha creativa: Aladdin Sane o el Duque Blanco.

En 1975, llegaría su primer éxito en Estados Unidos, Fame, un tema que coescribió con John Lennon, así como gracias a su disco Young Americans. A partir de ahí, sus experimentos innovadores y sus tendencias transgresoras ya no cesarían. En 1977 lo haría la minimalista Low, la primera de tres colaboraciones con Brian Eno, conocidos como Trilogía de Berlín. Más tarde, colaboró con Queen en el Under Pressure y volvió a triunfar en 1983 con Let’s Dance. Fue en esa década en la que recaló por primera vez en España, en Madrid, la primera de diez citas en suelo patrio.

En 2006, el cantante anunció que se tomaría un año sabático, pero ‘resucitó’ en 2013 con The Next Day, y un año después, editó la antología Nothing Has Changed, con la que celebraba su medio siglo de carrera.

En lo personal, Bowie llevaba casado desde 1992 con la modelo somalí Iman, con la que tuvo una hija, Alexandria Zahra ‘Lexi’ Jones, y tuvo antes otro hijo, Duncan Jones, fruto de un primer matrimonio con Angela Bowie.
La respuesta de todo el planeta no se hizo esperar, y las redes sociales hervían con más de 4,3 millones de tuits.