Joan Andreu, junto a algunas de sus obras.

Este fin de semana muchas personas se acercaron al Far de Ses Coves Blanques de Sant Antoni para ver las esculturas en madera realizadas por artista portmanyí Joan Andreu. «Ha ido muy bien, ha venido mucha gente, sobretodo el domingo y el viernes para la inauguración», confirmó ayer el propio artista a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA.

Andreu trasladó hasta el faro 34 obras, entre las que se incluyeron antigüedades con más un centenar de años como «un cheque del primer talón firmado en el mundo hace 222 años» o cartas marinas y herramientas «de más de 120 años». Unas reliquias adquiridas por el artistas en «rastros y sitios así», aunque muchos los compró «en la desembocadura del Canal de Suez» cuando navegaba.

Sobre su obra, Andreu explicó que estuvo siete años formándose como escultor aunque no de forma continuada. A los 14 años empezó a crear, aunque a los 21 tuvo que parar y hacer el servicio militar, y después dejar la escultura «porque no tenía dinero». Sin embargo, obtuvo varias titulaciones marinas y gracias a eso montó una empresa dedicada a la pesca en Porto Cristo, Mallorca, en la que estuvo trabajando 38 años antes de volver a esculpir. Fruto de ello, Joan Andreu ha realizado exposiciones en diversas salas de Eivissa pero nunca ha sacado su obra de la isla «debido al alto coste de los portes, a pesar de que varias personas me han pedido que lo hiciera».

El artista de Sant Antoni de 83 años, «aunque me encuentro como un rey», nunca ha parado de trabajar en la escultura ya que durante sus años en la empresa sacaba tiempo para esculpir y después, cuando vendió su empresa de pesca, hace unos quince años, se dedicó casi de manera exclusiva. Incluso, también hizo un año de forja pero no le acabó de convencer y no lo aplicó en sus obras. Por ello, la madera es el material estrella para Joan Andreu. Con ella puede llegar a elaborar piezas de más de 200 kilos, como unas mesas con pies esculpidos en las que está trabajando en sus ratos libres.

Aún así, el marinero y artista pormanyí asegura que la exposición que se ha podido ver este fin de semana en el Far de ses Coves Blanques fue «su última exposición a pesar de que le han insistido para hacer una en Madrid». Y eso que «no la quería hacer». Sin embargo, «tenia muchas cosas en casa y al final decidí ponerla en marcha para que la gente lo viera».