La Autoritat Portuària de Balears (APB) anunció ayer que la segunda fase de remodelación de la fachada marítima, que incluye el derribo del actual edificio que hay y la construcción de uno nuevo con una plaza integrada que iría por arriba del edificio a modo de mirador, arrancarán este lunes después de que la empresa concesionaria de los trabajos Isolux-Corsán haya solventado dificultades económicas. Así lo explicó ayer el presidente del gestor portuario, Joan Gual de Torrella, tras reunirse en Palma con Francisco Casillas, director general de la empresa adjudicataria. «Es una empresa grande y potente que puede haber tenido tensiones de tesorería, pero que este tipo de empresas acaban resolviendo», explicó Gual de Torrella, quien precisó que «el propio director general ha venido a Palma para hablar con nosotros y me ha tranquilizado respecto a la situación económica. Las obras comenzarán el lunes».

Los plazos

Se despeja, de esta manera, la incógnita sobre qué estaba pasando con la continuación de la remodelación de la fachada marítima, pero queda por ver si el nuevo edificio estará listo para antes del verano, así como el tamaño que finalmente tendrá (está licitado que será de 600 metros cuadrados y Vila reclama de manera unánime que tenga 400 metros cuadrados; el actual tiene alrededor de 800 metros cuadrados). A este respecto, desde la APB apuntaron que «la intención es tener el edificio listo para el verano». En este sentido destacaron que las obras del nuevo edificio se harán de forma simultánea con el derribo de la antigua estación marítima en desuso, es decir, el actual edificio que hay en la zona de es Martell «que tiene un volumen y un diseño incompatibles con la nueva fachada marítima», destacaron desde la APB. La segunda fase de remodelación de la fachada marítima se suma, por tanto, a otras obras que acometerá la APB en consenso con Vila, como la construcción de la estación marítima definitiva en es Botafoc, la del tráfico con Formentera en los muelles comerciales, así como la creación de un paseo que una desde el muro viejo hasta es Botafoc.

Desde Vila manifestaron ayer su satisfacción por la continuación de las obras. La portavoz del PP en el Consistorio, Virginia Marí, se expresó en esta misma línea y afirmó que seguirán pidiendo que se concreten los plazos de ejecución de las obras en su conjunto.

Precisamente, la junta de portavoces de Vila acordó ayer consensuar y pedir a la APB una calendarización del conjunto de las obras del puerto de Eivissa en su conjunto o, en otras palabras, que se pongan plazos, una propuesta que desde la APB se ve con buenos ojos. En este sentido, el Ayuntamiento de Eivissa elaborará un documento que remitirán a la APB y en el que se reflejarán acuerdos como la reclamación de que el aparcamiento que hay previsto en la avenida Santa Eulària sea soterrado, no semisoterrado debido a su impacto visual. «Lo hemos pedido y la APB se comprometió a estudiarlo», afirmó el alcalde Ruiz. A este respecto, desde la APB comentaron que han empezado a estudiar el proyecto del aparcamiento «para tener la información para licitar las obras».

Reducción

Otro de los acuerdos de la junta de portavoces es pedir la reducción del edificio de es Martell a 400 metros cuadrados ya que, según explicó el alcalde de Vila, «cuanta más plaza pública tengamos mejor», aunque reconoció la dificultad de que sea así porque las obras ya están licitadas (es decir, se licitó la reforma de la fachada marítima en su conjunto, no por fases). A esto hay que sumar que las navieras de tráfico regular han pedido un espacio para vender billetes, a lo que hay añadir la oficina de información turística proyectada en el edificio, por lo que si se reduce el tamaño del edificio se verán reducidas las oficinas tanto la turística como las de las navieras. Lo que tienen claro todos los partidos políticos es que no debe haber usos comerciales en ese edificio: «La licencia de usos la da el Ayuntamiento; no hay problema en dejar por escrito para años próximos que no habrá usos comerciales en el edificio». Otro de los puntos en los que hay consenso político es en pedir amarres sociales en la dársena de Poniente. Sobre este punto, desde la APB recalcaron que uno de los «propósitos personal del presidente Gual de Torrella es que existan amarres asequibles a otras realidades económicas más modestas», concluyeron.