La Cambra de Comerç de Eivissa y Formentera se ha ofrecido al Govern como organismo para recaudar el nuevo impuesto de turismo sostenible «con la intención de encontrar una solución que evite que la implantación del impuesto no suponga una dura carga para el sector hotelero, que es quien, según prevé la ley, en trámite deberá asumir la responsabilidad de la recaudación». Esta opción es compartida por los hoteleros y se ve con buenos ojos tanto por parte del Consell d’Eivissa como del Govern. «Es una opción que me presentaron hace un tiempo, que trasladé a Biel Barceló, y la están estudiando. Esta mañana mismo lo estaban hablando y creo que hoy la presentaba la Cambra ante el conseller», explicó Vicent Torres, presidente del Consell. A este respecto, el vicepresident del Ejecutivo autonómico y responsable del área de Turisme, Biel Barceló, valoró «muy positivamente» la propuesta presentada por la Cambra de Comerç y así se lo hizo constar a la Federación Hotelera, según explicó ayer en Fitur, pero recordó que esta posibilidad ya se estudió en su momento y se llegó a la conclusión de que era «poco viable».

El documento de la Cambra remitido al Govern defiende que la recaudación del nuevo impuesto por parte de este organismo comportaría una «enorme ventaja» a la Agencia Tributaria balear «ya que en vez de tener que controlar las potenciales miles unidades de gestión de alojamiento deberían fiscalizar únicamente la actuación de las cámaras de comercio, es decir, una única entidad sería la responsable de la gestión del tributo» a lo que añaden: «El hecho de que las Cámaras se encarguen de la gestión tendría vocación de futuro. Si el sistema se implanta, funciona y no genera malestar entre los sujetos al pago del mismo no dudamos en que tendrá vocación de permanencia, mucho más allá de la legislatura política».

En este escrito, además, defienden que la «opción ideal» para el cobro del impuesto sería a través de puertos y aeropuertos. «Para que ello sea posible es necesario que el impuesto se aplique a todos los pasajeros que entren o salgan de la isla, sin distinción de residencia o nacionalidad. Es decir, que todos deberíamos abonar este impuesto». Y añaden: «Hemos pensado que sería una buena solución que se cobrara una tarifa única por salida y por pasajero. Habría que estudiar el coste de la misma, y darle una validez de un año (como una especie de abono). Si la cantidad no fuera muy elevada, para los residentes o nacionales que viajen varias veces al año el precio sería mínimo por cada desplazamiento. Sería además una manera de premiar a los residentes extranjeros en nuestras islas, frente al turista ocasional».