Ya puede confirmar la NASA lo que era una casi una evidencia, al menos en las Pitiüses. Acabamos de despedir el año más cálido del que se tienen registros, no sólo en Eivissa y Formentera sino en el mundo entero. Nosotros, sin embargo, seguimos abonados a los guisos y caldos, que resultan muy nutritivos –eso sí– aunque no los necesitemos para combatir un casi inexistente frío.

Esa puede ser la conclusión si nos atenemos a lo que nos explicaron ayer distintos comerciantes y clientes del Mercat Nou de Vila. Por un lado, Cati Roselló, de Frutas y Verduras Riera, comentaba que «la gente hace caldos, sopas y guisados como se ha hecho toda la vida, porque no solo se toman por el frío sino porque son ricos y van muy bien». También afirma que la mayor parte de su clientela suele hacer muchas sopas y emplea mucha «col, pinya de col [coliflor] y brócoli», variedades cuyo precio se mueve en torno a los 2,50 euros por kilogramo.

Una clienta llamada Maria indica que en su casa no han modificado su dieta a pesar de las temperaturas anormalmente altas de este invierno. «Comemos mucho caldo y siempre, al menos dos veces por semana, tenemos legumbres en la mesa», añade. «Hoy [por ayer] hemos comprado cebollas, perejil, ajos, judías, pimientos y pescado para un bullit», detalla como muestra de que su familia no ha alterado sus costumbres gastronómicas.

Similar postura exhibía Antonio, otro cliente que afirma tajantemente no haber cambiado «absolutamente nada» en su cesta de la compra. «Cuando hace frío se agradecen los caldos y sopas calientes, pero es que sin frío también apetecen», razona.

«Además, no ha helado como otros años, pero esta última semana parece que se está animando el invierno y las noches y las mañanas refresca bastante», apunta.

Por su parte, Joan Josep Torres, de Frutas y Verduras Catalina, explica que no ha notado ningún cambio de hábitos entre sus clientes. Pone como ejemplo las alcachofas. «La gente las estaba esperando y cuando ha empezado la temporada se han vendido muy bien, como otros años», comenta. «Precisamente esta semana han subido un poco [de 2,80 a 3,20 euros/kilo] por las heladas en la Península, es una verdura muy sensible y con el frío se ennegrece», añade el comerciante.

Asimismo, en su puesto dispone de otros productos muy demandados en esta época, como las habas ibicencas, cuyo precio alcanza los 2,80 euros/kilo. «Son de nuestra finca y gustan mucho, muchas personas vienen preguntando por ellas».

Otro de las verduras más buscadas a principios de año son los calçots, una variedad de cebolla tierna que cada vez cuenta con más adeptos en las Pitiüses. Se despacha a 1,50 euros el manojo y, con ellos, además ‘se regala’ la receta del romesco. «Es que no puedes venderlos sin poder explicar cómo se preparan y no es una receta típica de aquí que todo el mundo conozca», Roselló.