La anomalía metereológica en la que está inmersa desde hace casi tres meses la isla de Eivissa, con temperaturas hasta 2,5 grados más elevadas de lo normal y una alarmante ausencia de precipitaciones, amenaza al sector agrícola y ganadero, como han reconocido responsables de varias explotaciones de la isla.

El presidente de Agroeivissa, Joan Marí, ha lamentado que cultivos como los árboles frutales están resultando muy perjudicados por la falta de lluvias.

«Es la época de cítricos y los productores deben estar regándolos continuamente, cuando lo normal es que fuera suficiente con el agua de lluvia y la humedad que hay en la isla. Las frutas dulces, como nectarinas o melocotones, ahora no las tenemos, pero después también resultarán afectadas porque necesitan unas horas de frío y no quiero ni imaginar si tuviéramos heladas tardías. Además, en los invernaderos se registran temperaturas veraniegas ahora mismo», explica Joan Marí, quien advierte de que aunque «vinieran lluvias» en las próximas semanas «ya afectaría» a las cosechas. Para el agricultor ibicenco, «sería raro» que el invierno finalizase con este clima cálido: «Podrían venir heladas en marzo o abril. En primavera podríamos tener mal tiempo y eso sí que haría daño», alertó.

«Es preocupante lo poco que ha llovido, aunque hay que recordar que a finales de verano llovió mucho, lo que perjudicó a algunas producciones como los tomates, cuya campaña finalizó más de un mes antes de lo previsto. Desde que empezó 2016, no ha llovido nada y ha sido uno de los eneros más secos que recordamos todos», declaró la pasada semana.

Marí recordó también que en Eivissa no sucede como en la península, donde la recogida de la fresa se ha adelantado de manera alarmante.

«Aquí tenemos dos productores de fresa, pero los cultivos son diferentes porque buscan exportar fuera el producto y aquí, siempre buscamos que la fresa coincida con el inicio de la temporada», señaló.

Marí lamentó que «parece más que estamos en primavera que en febrero y no me quiero imaginar, por la sequía y la falta de lluvias, qué estarán pasando los productores de cereal, un cultivo que podría haberse recuperado si hubiera llovido hace 20 días, pero ahora, es posible que se haya perdido totalmente. Los cereales han nacido mal y lo que hay da pena».

«Estamos preocupados. Nadie recuerda un invierno así, sin lluvias o frío», añadió Marí, que lamenta cómo en cooperativas agrícolas como la de Sant Antoni «están al límite» porque la falta de lluvias está echando a perder el forraje plantado para el ganado. «Si no llueve tendrán que traer todo de fuera y en la península también hay sequía. Eso encarecerá los forrajes y cereales y el coste añadido de traerlo. Esta gente siempre tenía su cosecha, mayor o menor, pero ahora mismo estamos con los días contados», puntualiza.

«Un desastre»

Desde la Cooperativa Agrícola de Santa Eulària confirmaron que el forraje que se ha sembrado «no ha nacido todavía» o «está muy bajito». Según su presidente, Salvador Martín, la ausencia de lluvias «es un desastre en la producción de forraje» para animales. En cuanto a otros cultivos, como el olivar, recuerda que el año pasado ya se perdió la cosecha por falta de agua y ahora, con circunstancias similares, «dependerá de cómo tengamos los pozos». «Ahora están bien, pero en julio y agosto cuando sea más necesaria el agua, ya veremos», añade el responsable de la cooperativa de Santa Eulària, quien concluye que «todavía es pronto para calcular pérdidas».

Mientras tanto, la conselleria balear de Medi Ambient i Agricultura admitieron que la falta de lluvias «afecta gravemente» a sectores como el ganadero. «Estas condiciones representan una amenaza para la viabilidad y la continuidad de las explotaciones de ganado ovino, caprino, bovino y porcino en extensivo, vista la falta de disponibilidad de alimento. A este problema hay que añadir el de la insularidad, que ocasiona costes adicionales en la producción, lo cual limita el acceso a los recursos de los mercados locales», concluye un informe reciente del Govern.