El alcalde de Santa Eulària con los responsables del crematorio. | Daniel Espinosa

Las puertas del crematorio de Santa Eulària se abrieron ayer a la ciudadanía para celebrar la inauguración de este servicio que comenzará a funcionar mañana y que supondrá un antes y un después para los ibicencos.

El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, calificó el día de ayer «histórico», que evitará a las familias el «trago» de sacar a sus seres queridos fuera de Eivissa para incinerar sus cuerpos. Además, lo podrán hacer a precios razonables: 700 euros para los residentes en Santa Eulària y 1.200 euros para los que no lo sean, IVA incluido. Marí señaló que los precios que se pagarán a partir de ahora para realizar una incineración «no serán un obstáculo» para los usuarios de este servicio, que pretende dar servicio a toda la isla y también a los habitantes de Formentera.

Hasta ahora, las personas que deseaban incinerar a sus seres queridos debían pagar por embalsamar previamente al difunto y contratar el traslado del cadáver en avión a Mallorca o a la península, por lo que el coste y el tiempo era considerablemente mayor. De hecho, según señalaron desde Aurens, el ahorro con este nuevo servicio será de entre 1.500 a 2.000 euros por difunto.

Josep Ventura, consejero delegado del Grupo VFV, empresa que gestionará el nuevo equipamiento bajo la marca comercial Aurens, explicó a los medios de comunicación que el objetivo de su empresa es aumentar el número de incineraciones del 15-20 por ciento actual al 30-35 por ciento en los próximos 5 años. Según cifras del sector, actualmente en España se realizan incineraciones en una tercera parte del total de defunciones y la previsión es que este porcentaje se incremente hasta el 50 por ciento en pocos años.

En Eivissa se producen unas 800 defunciones al año pero el nuevo horno crematorio está preparado para realizar 1.500 incineraciones anuales.

Incineración de restos

La empresa también ofrece otros servicios como la incineración de los restos de cualquier difunto que esté ya enterrado. «A la isla le puede ir muy bien para que los cementerios no crezcan más y evitar así tener que hacer nuevas sepulturas», indicó Ventura, cuya empresa gestiona 16 cementerios y 29 tanatorios, sobre todo en Cataluña.

La concesión a esta empresa se ha realizado para los próximos 20 años y el edificio, que empezó a construirse en mayo del año pasado, ha tenido un coste de 600.000 euros.

El nuevo crematorio tiene una superficie de 311 metros cuadrados y está distribuido en dos plantas que ayer estaban abiertas a todas las personas que quisieran visitarlo. El edificio tiene un estilo arquitectónico ibicenco y está totalmente integrado con el entorno, una frondosa pinada junto al Nou Cementeri Municipal de Santa Eulària. Además, tiene grandes patios interiores con vegetación autóctona que proporcionan luz natural y un ambiente más acogedor.

El crematorio dispone en la planta superior de una sala con sillones y una mesa con sillas donde se vela el difunto y, en la inferior, la denominada «sala de introducción», donde se ubica el horno que llega alcanzar una temperatura de 850 grados centígrados. Los familiares pueden ver el ataúd por un cristal hasta el momento de la incineración, cuyo proceso puede alargarse entre dos y tres horas y que concluye con la entrega de una urna con los alrededor de dos kilos de cenizas resultantes.

Los responsables del crematorio aseguraron que, de momento, ya han acudido una decena de familias para interesarse por el servicio, especialmente la colonia extranjera en la isla, que tiene una mayor tradición en incineraciones.

La empresa funeraria está disponible las 24 horas del día y ofrece un servicio integral con el desplazamiento de los trabajadores de la empresa al domicilio del fallecido, así como el traslado de los restos al crematorio y la incineración posterior. Las instalaciones tienen capacidad para velar a una persona al día aunque el horno puede realizar hasta 4 incineraciones diarias.

EL APUNTE

Un espacio para el último adiós

Tratar de que la despedida de un familiar fallecido sea lo más amable posible. Los arquitectos de Ribas & Ribas han diseñado con este propósito un edificio de color blanco y con patios interiores que aportan mucha luz natural.

En los momentos previos a la incineración, el ataúd se coloca sobre una plataforma que se eleva hasta la entrad del horno para simular el momento en que el féretro se introduce en el nicho en un entierro tradicional.

Los ataúdes están fabricados de un material biodegradable que permite que la madera se volatilice rápidamente con las altas temperaturas del horno.

EL APUNTE

Expectación entre los ciudadanos por conocer el primer crematorio de la isla

La jornada de puertas abiertas permitió a los primeros curiosos conocer por dentro el primer crematorio de Eivissa que acabará con la “necesidad social” que, según los responsables de la empresa que gestiona el servicio, había hasta ahora.

La de ayer fue una oportunidad para acercarse al crematorio y ver sus instalaciones de forma “aséptica” por un motivo que no sea despedir a un ser querido. De hecho, las personas que se acercaron pudieron recorrer todas las salas de este edificio de estilo arquitectónico ibicenco, integrado en un entorno rodeado de pinos y que dispone de diez plazas de aparcamiento.

En estas instalaciones trabajan 4 personas que mostraron las dependencias a todos los visitantes, quienes principalmente mostraban su curiosidad acerca del funcionamiento del horno crematorio.

El edificio fue bendecido por Vicent Ribas, párroco de Santa Eulària, y posteriormente se organizó un ágape en el exterior para celebrar la apertura de este novedoso espacio que cambiará la forma que hasta ahora tenían los ibicencos para despedir a sus seres más queridos.