Poco antes de las diez de la mañana, la hora a la que había sido convocada la ‘sentada’ para protestar contra la masacre de es Vedrà y pedir que no se sacrifiquen las tres cabras que todavía quedan vivas en el islote, había más agentes de la Policía (siete) que manifestantes. Mientras, en el salón de plenos empezaba la sesión ordinaria del mes de febrero, aunque todos los asistentes (consellers incluidos) tenían un ojo pendiente de lo que pasaba en el exterior.

«A pesar de que digan que estamos intentando meter bronca, ya veis que es todo pacífico y nos manifestamos porque no nos parece correcto el modo en el que se han exterminado las cabras de es Vedrà», aseguró ayer a las puertas de la máxima institución insular Alejandro Gutiérrez, portavoz de la organización animalista Basta ya. Gutiérrez criticó que «ni siquiera han intentado sacarlas de otra manera, simplemente han ido a lo más barato y lo más fácil para ellos».

El portavoz de Basta Ya explicó que después de que anteayer Medi Ambient les denegara el permiso para sacar con vida las tres cabras que quedan en el islote, «lo único que nos queda es manifestarnos a ver si con la presión social los responsables de esto dimitan o los echen para que no se vuelva a repetir». Gutiérrez añadió que «no podemos permitir que nuestros propios gobernantes a la hora de las elecciones nos doren la píldora y digan que van a hacer unas leyes contra el maltrato y cuando están sentados en el sillón hagan completamente lo contrario».

Entre los manifestantes también se encontraban varios propietarios de es Vedrà. Uno de ellos, Pep Ferrer, señaló que su presencia en la concentración se debía a que «matar cabras es una cosa muy fea, además allí estaban tranquilas y sin hacer el daño que dicen que hacían. A mí lo que más me afectan son las mentiras». En este sentido, el vedraner aseguró que en el islote «no había más de 25, porque yo había rodeado es Vedrà más de una vez y me había fijado en que había pocas».

Ferrer aseguró que las cabras pertenecen «a los dueños de es Vedrà. Si tienes una finca y en ella hay una cosa que nadie la reclama, es de uno». El veterano vedraner explicó que cada año retiraban «las cabras que nos parecía que sobraban para que pudieran vivir. Dejábamos pocas para que pudiera funcionar bien. Además, las cabras que había procuraban más hierba que no la que se comían, había hasta llicsons (cerraja, en castellano)». Ferrer también aseguró que «si fuera más joven volvería a llevar cabras a es Vedrà» y que los animales no pasaban ni hambre ni sed.

Después de mostrar las pancartas a los medios de comunicación y de manifestarse en silencio en la entrada de la sede del Consell d’Eivissa, los manifestantes se acercaron a la cristalera del salón de plenos, donde algunos empezaron a golpear los cristales y a gritar consignas como «Asesinos» o «Sinvergüenzas». Aunque quien se llevó la palma fue el conseller Miquel Vericad. «¡Que salga Vericad!», «Da la cara» o «Cobarde» fueron algunos de las proclamas de la cuarentena de manifestantes, algunos de los cuales se esperaron hasta casi el final de la sesión para entrar en el salón de plenos y sentarse en la primera fila con una pancarta con el lema ‘Sois unos matones’. El ruido de las bocinas y silbatos de los animalistas y vedraners se hicieron notar durante buena parte de la sesión.

EL DETALLE

«Os molestan unas hamacas en la playa y matáis a las cabras»

Mientras los animalistas seguían a lo suyo continuaban gritando sus consignas contra la matanza de es Vedrà, la jefa de gabinete de Presidencia, la socialista Patricia Abascal, se acercó a una de las manifestantes para pedirle que dejaran de golpear los cristales ante el peligro que supone si éstos se rompían. Sin embargo, lo que Abascal se encontró fue una reprimenda de la mujer: «Yo os voté. Vais de izquierdas y de ecologistas y al final sois iguales. Os molestan unas hamacas en la playa y después vais matando cabras». Al final, los agentes de la Policía tuvieron que interceder para que los manifestantes dejaran de golpear los cristales que daban al salón de plenos.

Otro de los que se comunicó con los manifestantes fue el diputado de Podemos Aitor Morrás, quien les informó de que el conseller Vericad iba a reunirse con tres de ellos al final del pleno.