Cañellas preside Salinera Española y también Asafal, asociación de fabricantes. | Jaume Morey

Gabriel Cañellas (Palma, 1941) dice que se ha retirado completamente de la política y se dedica a los negocios familiares, entre ellos la presidencia de Salinera Española S.A. Es la empresa en activo más antigua de Balears, creada en 1871. Cañellas asegura que en estos últimos tiempos ser competitivo y rentable es un reto.

—¿De dónde viene su vinculación con Salinera Española?
__Es una empresa familiar liderada por la familia Salas. Mi padre fue un pequeño accionista de Salinera y toda la vida estuvo vinculado a la sal. Además, me casé con una Salas (Amparo). En 1984, cuando se refundó el consejo de administración pasé a representar los intereses de mi suegra y en 1988 me nombraron presidente.

—¿Qué salinas abasta la empresa?
__Antes había 60 salinas en Cádiz, además de Santa Pola, Bonmatí, San Pedro del Pinatar, Eivissa y Formentera. En la actualidad en producción tenemos San Pedro del Pinatar, Bonmatí en Alicante y Eivissa. Producimos 150 mil toneladas anuales.

—¿Qué ha pasado con las salinas de Formentera?
__Produce cantidades pequeñas. El problema es que no podemos sacar la sal de la Isla, tiene un puerto muy pequeño y solo entran barcos de 1.000 toneladas. Sacarlo en camiones no sale rentable. El precio de la sal es un 10 % el valor de la sal y un 90 % el transporte.

—¿Y en Eivissa cómo lo hacen?
__La exportamos a granel y en barcos. Es sal húmeda.

—¿A dónde exportan?
__A las Islas Feroes, Portugal, Islandia y la Península. Tanto Portugal como Islandia utilizan la sal de Eivissa para el bacalao.

—¿La sal nunca pasa de moda?
__Se ha sabido amoldar a las necesidades. Al principio la sal era solo para el consumo humano, pesca y conservas, pero cayó en decadencia por los congeladores. Luego llegó el consumo de sal en la industria textil, para lavar algodón y lana. Pero la producción recibió un nuevo varapalo con la aparición de las fibras sintéticas. Empezamos otra perspectiva de mercado que es la depuración de aguas y las piscinas. Ahora vendemos para consumo humano, descalcificaciones, piscinas y seguimos con la conservación del bacalao.

—Las salinas están en un paraje natural público. ¿Cómo se gestionan?
__El gran problema de las salineras es Costas. Los terrenos donde están las salineras eran propiedades privadas, la mayoría terrenos comprados en subasta pública. En 1988 salió la Ley de Costas que definió hasta dónde llegaba la zona marítimo-terrestre. Es decir, definió el dominio público. Era una expropiación encubierta, por lo que se compensaba esta expropiación con un concesión de treinta años, prorrogables otros 30.

—¿Tienen una concesión pues?
__La Ley de Costas apunta que aquellos que pidan la concesión se la deben dar en el plazo de un año. Desde el año 1988 esperamos que nos den las concesiones de las salinas.

Apunte

«En el partido no se respeta suficiente a los viejos como yo»

Al hablar de política, quien fuera president del Govern asegura que está «jubilado». «Me veo con la gente del partido pero no hago vida política activa, no quiero saber nada y en el partido no respetan suficiente a los viejos como yo», asegura. Cañellas recuerda que la última actuación que hizo fue en la asamblea del partido al perder las elecciones. «Allí terminé, no he vuelto más», sentencia. Al preguntarle qué siente al ver a Matas en el banquillo de los acusados es cauto: «Tengo la misma pena que cuando yo me senté».