El aparcamiento del Mercat Nou de Vila permanece cerrado al público desde finales de enero, lo que ha provocado una importante bajada de las ventas de los comerciantes. | Toni Escobar

La Asociación de Comerciantes del Mercat Nou calcula que las ventas han bajado entre un 25 y un 30 por ciento en el último mes como consecuencia del cierre del aparcamiento del mercado por motivos de seguridad tras los desprendimientos detectados en el techo a finales del mes de enero.
El descenso de las ventas está provocando, según el presidente de la asociación, Agustín Pineda, un «malestar» entre los propietarios de las diferentes paradas porque el número de clientes ha disminuido considerablemente tras la decisión de cerrar por precaución el centenar de plazas del aparcamiento por parte de los técnicos municipales del Ayuntamiento de Vila. «Toda la gente tiene que aparcar en la calle y hay muchos que si llegan y no encuentran hueco se van a comprar a otros sitios», argumentó.
Sin ingresos
A la disminución de las ventas se suma además la falta de ingresos que se recaudaban entre la gente que dejaba su coche en el aparcamiento y que sumaban entre 12.000 y 15.000 euros al mes, así como los gastos fijos que los comerciantes del Mercat Nou tienen por valor de 5.000 euros mensuales. La asociación tiene que abonar mensualidades de 4.000 euros de un préstamo por valor de 360.000 que pidieron para acondicionar el parquin, más los gastos derivados de la luz y del agua del aparcamiento. Este cierre ha influido además en el servicio que se presta en el mercado, dado que con estos ingresos se sufragaba parte de la limpieza y el mantenimiento de las instalaciones.
Agustín Pineda dice entender el trabajo de los técnicos municipales, que decidieron cerrar el aparcamiento, pero no está de acuerdo con que se haya clausurado toda la superficie íntegra cuando los desperfectos afectaban solamente a una zona. Para el presidente de los comerciantes, la mejor opción hubiera sido «mantener parcialmente abierto» el aparcamiento hasta que las obras hubieran comenzado para causar las menores molestias posibles.
Asimismo, consideran que el parquin debería haber estado cerrado «tres o cuatro semanas a lo sumo» si únicamente se hubiera cerrado a partir del inicio de las obras.