«Ha sido un horror de viaje, muy caótico; deberían pensar más en las personas» | Núria Arias / Ana Fernández / Roger Riera / Paco Pérez

«Un horror. Bastante caótico. Deberían pensar un poco más en las personas». Son palabras de Pilar Torres recién aterrizada en Es Codolar, ayer a mediodía, 16 horas después de la hora prevista junto a sus cuatro niños pequeños. Idéntico malestar expresaba Sara Sala. «Muy mal. Después de una hora en el avión nos hicieron bajar. Al principio nos daban largas y versiones diferentes. Luego, pasadas las 2.30 de la madrugada, nos ofrecieron ir a un hotel». Fani Beltrán, otra damnificada del vuelo Barcelona-Eivissa VY3532 de Vueling, señaló que lo «peor fueron los cambios sobre la marcha. Entiendo que la compañía hacía lo que podía pero presentaré una reclamación», subrayó.

Decenas de ibicencos vieron como el regreso de unos días de vacaciones se convirtió en una odisea al quedar atrapados en el aeropuerto del Prat. Idéntica suerte corrieron los pasajeros del enlace Eivissa-Barcelona.

«Todo eran excusas. Después de embarcar y desembarcar, tuvimos que estar varias horas haciendo cola para recibir información. A las 3 de la madrugada llegamos al hotel y a las 6 de la mañana ya nos estaban llevando nuevamente al aeropuerto para esperar durante otras seis horas. Muy caótico todo», señaló Sara Sala Mayans, quien apuntó que presentará una reclamación.

En el hotel coincidieron con los pasajes de otros vuelos de la compañía Vueling que también habían sido retrasados o cancelados. «Nos juntamos con gente que iba a Roma y llevaban ya 24 horas colgados en Barcelona», señaló Fani Beltrán.

Entre los damnificados también estaba una expedición de niños de 7 años del club de fútbol de Sant Jordi. «Ha sido un horror. Fuimos a un torneo de fútbol a Salou y el viaje ha acabado de la peor de las maneras», apuntó Pilar Torres, quien viajaba con cuatro pequeños. «Ya estamos aquí pero el regreso ha sido lamentable».

Algunos pasajeros transmitieron su malestar a través de las redes sociales. Es el caso de Crhis Martos. «Vueling o, mejor dicho, ‘No Vueling’...Vergonzoso el trato de esta compañía teniendo en cuenta que viajaban más de veinte niños de 7 años y bebés. No somos más que tristes números. Absolutamente decepcionado e indignado con el trato recibido por esta compañía», apuntó en facebook junto a una fotografía de la cola en la ventanilla de reclamaciones en el aeropuerto. «Vaya vergüenza, vuelo de Vueling cancelado a última hora con toda la expedición de niños (0.16h). Más de dos horas esperando y aún no sabemos si nos dan hotel ni cuando nos reubican...Ni la más mínima delicadeza ni atención teniendo en cuenta que viajan más de 20 niños. Absolutamente bochornoso e indigno. Somos simplemente números».

Retrasos y cancelaciones

La compañía Vueling lamentó lo ocurrido y apuntó que el detonante de los problemas fue un avión ejecutivo que sufrió un problema técnico en Barcelona y que mantuvo inoperativa durante una hora una de las pistas. Añadieron que este incidente unido al hecho de que era la operación regreso de Semana Santa (con 630 operaciones) originó un efecto dominó que afectó a varias conexiones de Vueling, entre ellas, la Barcelona-Eivissa y Madrid-Eivissa.

Los afectados se quejaron de la «falta de información o continuos cambios de versiones. Por la noche nos dijeron que no podíamos volar porque el aeropuerto de Eivissa estaba cerrado». En este sentido, desde AENA recordaron que todas las compañías son conocedoras desde hace tiempo que el aeropuerto de Eivissa no opera entre las 00.00 y las 06.00 horas por obras. Además, subrayaron que en el caso del lunes mantuvieron operativo el recinto hasta las 00.30 horas ya que habían 99 vuelos programados con un tráfico de 14.024 pasajeros.