Dar la cara ante los ciudadanos requiere por parte de los legisladores de un uso exquisito de las palabras. Hablar con propiedad y dar el sentido oportuno a cada uno de los conceptos es hoy en día crucial dada la escrupulosa vigilancia que efectúan los medios y los cada vez más usuarios de las redes sociales a las declaraciones públicas. Si no que se lo digan a la regidora de Gobernación de Sant Antoni, Aida Alcaraz, quien el pasado lunes afirmó en IB3 que el tripartito modificaría una ordenanza para prohibir el consumo de cualquier tipo de bebida en la calle ante «la imposibilidad de diferenciar el alcohol de los refrescos. Al día siguiente matizó sus palabras para tranquilizar a las masas y especificar que la prohibición se acota a la salida de los locales de ocio.

Mientras tanto, servicios públicos de la isla como el hospital de Can Misses continúan generando problemas y malestar entre empleados y usuarios. Primero fue la aparición de un chicle en un plato de sopa y luego la saturación del servicio de Urgencias, que obligó el martes a habilitar camas de pediatría para atender a adultos.

En otro centro asistencial, en este caso la residencia de Sa Serra, en Sant Antoni, se ha desatado la polémica por el presunto maltrato que reciben algunos de sus usuarios. Es tal el descontento que el jueves se personó la Guardia Civil en el centro para solicitar documentación.

La semana que hoy finaliza ha vuelto a ser especialmente intensa para la consellera de Movilidad, Pepa Marí, envuelta en un conflicto con la patronal del taxi a cuenta del Plan de Licencias Estacionales, y con vecinos de Sant Llorenç por la polémica ubicación de la planta asfáltica que trabajará sobre la carretera de Sant Joan. Parece que el distanciamiento entre el PSOE y Podemos a nivel nacional acabará afectando a los pactos que ambas formaciones han sellado en distintas instituciones, como por ejemplo el Consell d’Eivissa. Este viernes, ambas formaciones (y socios en el ejecutivo insular) hicieron públicas sus discrepancias y varios de sus miembros se enzarzaron dialécticamente (en Twitter y Facebook) por la votación en contra de los morados al convenio para la reapertura del Cetis.