El técnico del GEN Xisco Sobrado (a la izquierda) y el portavoz, Marià Marí, acompañados por la representante de Eivissa Preservation Found, Sandra Benbeniste.

La mayoría de las aguas procesadas por las depuradoras de las Pitiüses se tira al mar por su mala calidad y no se reutiliza. Así lo explicaron ayer, en rueda de prensa, el portavoz del grupo ecologista GEN-GOB, Mariano Marí, y el técnico de la entidad, Xisco Sobrado, que dieron cuenta de los resultados del informe ‘La Mar, una Responsabilitat compartida’, que ha elaborado la entidad conservacionista, en colaboración con la fundación holandesa Adessim. En el mismo, se asegura que de los más de 13.746.000 metros cúbicos que se depuraron el año pasado en las diez instalaciones pitiusas, solo ocho millones se sometieron a tratamiento terciario para su reutilización. Además, solo las instalaciones depuradoras de Eivissa y Santa Eulària están preparadas para tal fin, «que paradójicamente son las que peor funcionan». El resultado, es que el 63% de las aguas residuales que se depuran son de mala calidad y se tienen que devolver al mar, principalmente por su alta salinidad, según los datos aportados por Agencia Balear de l’Aigüa i la Qualitat Ambiental (ABAQUA).

Esta situación, según el GEN, «favorece el incremento del consumo de agua procedente de acuíferos y de las desaladoras». A pesar de que no está garantizado el suministro de agua dulce para el consumo humano este verano, aseguraron los ecologistas, la gestión de las aguas depuradas y su reutilización para otros usos es muy deficiente.

Los ecologistas pusieron de manifiesto que un modelo que adapte el territorio a la demanda turística «no es posible y hay que pararlo». Asimismo, explicaron que «una mala gestión de las aguas residuales repercute en la imagen turística de la isla». Es el caso de la playa de Talamanca, «que permaneció cerrada y con bandera amarilla durante al menos 11 días de los meses de agosto, septiembre y octubre de 2015». En concreto, el GEN recogió entre el 1 de julio y el 15 de septiembre 28 muestras en esta playa para su análisis, y sólo en un 7% de ellas no había presencia de residuos intestinales.

Y es que los análisis de las muestras de agua recogidos a la salida de las depuradoras «demuestran incumplimientos en la eliminación de materia orgánica», explicaron. Según los datos de ABAQUA, de las diez instalaciones pitiusas, siete presentan una depuración deficiente. Las mejores son las de Sant Antoni, Cala Llonga y Port de Sant Miquel, con buena calidad, y las peores son las de Eivissa y Can Bossa.

Asimismo, en los datos incluidos en el informe de ABAQUA, se pone de manifiesto que no hay una relación proporcional entre el volumen que se depura y la calidad de lo procesado. La infraestructura de Sant Antoni, que es una de las mejores de la isla en cuanto a calidad en el tratamiento de residuos, es una de la que más metros cúbicos procesa. Por su parte, las plantas depuradoras de Sant Joan o Sant Josep, con pocos metros cúbicos para tratar, «presentan deficiencias» con un 44% y un 31% de aguas mal depuradas, respectivamente.

Ante esta situación, los ecologistas del GEN-GOB piden que se adopten medidas para la ampliación, remodelación e implantación del tratamiento terciario, «con los correspondientes controles» para evitar la salinización. «Si seguimos así, el colapso está más que asegurado», concluyeron.