Los sindicatos del hospital Can Misses consultados piden que el Ibsalut recupere la gestión de los servicios que presta la concesionaria. La consellera de Salut, Patricia Gómez, dijo anteayer en el Parlament que descartaba romper con la concesionaria del hospital Can Misses por su elevado coste, pero los representantes del personal opinan que sí tendría que hacerlo. «Se debería rescindir el contrato y que vuelva a la gestión como antes, recuperar los servicios privatizados», dijo ayer Silvia Fernández de CCOO. Los servicios externalizados son los no sanitarios, como lavandería, cocina, mantenimiento y el parquin. En el caso de lavandería y cocina se han registrado muchas incidencias, como las averías continuas en lavandería debido a la máquinas antiguas o la reducción de personal en cocina, comida retirada o el último episodio, un chicle encontrado en el plato de sopa de un paciente.

Teresa Arce, del CSI-F, pide explicaciones a los que firmaron el acuerdo con la concesionaria para externalizar los servicios. «Tendrían que depurar responsabilidades porque tiran piedras sobre nuestro propio tejado», dijo. Además, exige a los diputados en el Parlament que pidan a la Conselleria de Salut el contrato con la concesionaria «para saber quién firmó y como se firmó ese contrato». Arce tampoco entiende que el personal del Área de Salud responsable de controlar los servicios externalizados «tenga que pedir permiso para entrar a la lavandería o a la cocina».

Carlos Rodríguez, de Cemsatse, reclama una solución y dice que «si el Ibsalut se hiciera cargo se podría controlar mejor», dijo. En su opinión, es una situación kafkiana: «No hay un nombre ni una persona, es como un ente gris, kafkiano, la concesionaria, a la que nos vendimos cuando el Govern no tuvo suficiente dinero para construir un hospital y ahora en estos tiempos panameños te das cuenta de la minucia que ha representado hacer un hospital». Asegura que servicios como la lavandería y la cocina «parecen de un hospital de Burundi, imagino que los trabajadores hacen lo que pueden pero es un problema de ahorro y dinero, hay que hacer un cambio».

Rosa Planells, del Sindicato de Técnicos Sanitarios, considera poco efectivas las sanciones. «No sirven de nada, les han puesto muchas y siguen actuando de la misma manera. Soy partidaria de que se devuelva la gestión. Gasta ahora más el Ibsalut con lo que le tienen que pagar». Planells sostiene, además, que «las condiciones laborales de los trabajadores y los sueldos tienen mucho que desear y ahí está la ganancia del que lleva la concesión».